La Voz de Galicia

Javi Díaz: «La vuelta al Novás es un regalo a mis padres, a mi hijo y a mí mismo»

O Rosal

MÍRIAM V. F. VIGO / LA VOZ PORTERO de balonmano

El rosaleiro deja atrás cinco años en el Cangas, en Asobal, para retirarse en casa

17 Jul 2023. Actualizado a las 05:00 h.

A Javi Díaz Pérez (O Rosal, 1975) llevaba tiempo rondándole la cabeza la «idea romántica» de retirarse en su casa, el Novás. Y como defiende que «a veces, hay que escuchar al corazón», aceptó la oferta del equipo de su pueblo y dejó atrás cinco años en el Cangas, donde ofreció un rendimiento espectacular. Aunque había llegado allí con la idea de estar una sola campaña, ahora sí que garantiza que la 2023/2024 será la última de su carrera.

—¿Cómo toma la decisión de dejar el Cangas pero seguir en activo otra temporada?

—La decisión de jugar un año más estaba más o menos tomada hace tiempo. Tenía la posibilidad de seguir en Cangas, pero en enero o febrero surgió la opción del Novás y lo dejé ahí pendiente, les dije a los dos que a final de temporada decidiría, como cada año. Y siempre había tenido en mente retirarme en plan romántico donde había empezado. Los últimos meses fueron duros, pero estaba seguro de que nos íbamos a salvar y, una vez que lo conseguimos, ya no tuve dudas de que era el momento. Lo dejo en Asobal, con buen sabor de boca, y me voy a casa el último año.

—¿Se hubiera quedado en caso de descenso?

—Posiblemente. Pero estaba seguro de que no bajábamos. En agosto, ya dije que firmaba la promoción. A día de hoy, hay mucha diferencia entre Asobal y Plata. En Copa pueden pasar mil cosas a un partido, pero a dos, es difícil que te sorprendan. Creo que fue después del partido de Cuenca, que ya se lo dije a Alberto (González) y Nacho (Moyano).

—¿Cómo se lo tomaron?

—Sé las dos partes y me pongo en su lugar. Ellos querían que siguiera, pero entendieron que para mí era el momento de «hasta aquí hemos llegado» y no hubo ningún problema.

—¿Le habían llamado más veces del Novás o sabían que se quería retirar allí?

—Me habían llamado el primer año, cuando fui al Cangas, y luego, ya este. Pero siempre estábamos en contacto, me llamaban para preguntar por jugadores y soy de allí aunque lleve más años viviendo en Chapela. Pero esa idea mía solo la sabía mi mujer. Ya dije que es una decisión más tomada con el corazón que con la cabeza y a veces, no muchas, hay que hacer caso al corazón.

—¿Qué espera de esta nueva etapa?

—La idea es ir a disfrutar, a hacer lo que siempre hice, que es dar todo a donde voy y hasta donde me dé. Si queremos, tercero o cuarto, pues tercero o cuarto, si somos primeros, maravilloso. Primero es la salvación y, después, estar lo más arriba posible.

—¿Cabe la posibilidad de que sea más de una temporada?

—Al 99,9 %, no. La vida da muchas vueltas, venía para un año en Cangas y fueron cinco, pero la idea es que sea una.

—¿Ha hablado con el que será su técnico, César Armán?

—Solo una vez, en las negociaciones. Entiendo que su idea será que a mis 48 años sea un referente y una ayuda tanto en el vestuario como deportivamente, por toda la experiencia que tengo.

—Ya está acostumbrado a tener técnicos mucho más jóvenes que usted.

—Sí, es un tema de respeto y nada más. El entrenador es el que manda, como el jefe en cualquier trabajo, que no siempre es mayor que tú.

—¿Cómo se encuentra físicamente?

—Estaba bien hasta hace quince días, que no me dolía nada, pero empecé a entrenar y ya que si la rodilla, el hombro, las cervicales... El deporte es lo peor (risas). Empiezo mucho antes la pretemporada para no sufrir tanto. Dentro de lo que es mi edad, lo llevo bien.

—Y si ha dado este paso es porque le ilusiona el reto del Novás.

—Sí. Y un motivo muy importante es que pasaban los años y mis padres no me han visto mucho jugar. Ellos son socios del Novás y van a todos los partidos y que mis amigos y mi familia vieran mi último año era de las cosas que más me tiraban. También por el niño, que así va a ir más a ver a los abuelos. Es un cúmulo de cosas, un regalo a mis padres, a mi hijo, a mí mismo y a todos. A Cangas tardaba 20 minutos y a O Rosal me va a suponer salir a las seis de la tarde y llegar a la una algunos días. Por eso repito que es una decisión tomada con el corazón.

—¿Cómo reaccionó su hijo —de cinco años—?

—El último día se puso a llorar por no volver a Cangas, no lo entendía. Le enseñé el nuevo pabellón y me dijo que era muy pequeño. Pero va a estar su padre y va a haber jolgorio. Se lo pasará igual de bien.

—En los dos sitios se vive mucho el balonmano.

—Sí. Cambia el aforo, pero la forma de vivirlo es parecida, muy bonita. En Galicia, el balonmano está en los pueblos.


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