El acusado de la explosión de Tui: «Todo está en Internet, señoría»
Tui

El acusado de la explosión de Tui se escudó ante la jueza en que en Internet se pueden comprar los materiales y los tutoriales para fabricar pólvora
19 Jun 2018. Actualizado a las 09:17 h.
Francisco González Lameiro se sentó dos veces en cuatro días ante la misma jueza. En la primera, el 25 de mayo, respondió por la explosión de uno de sus almacenes clandestinos de pirotecnia en Tui, que dejó dos muertos, más de 30 heridos y un pueblo arrasado. En la segunda, el día 29, justificó la existencia de otros dos galpones secretos con más material. En total, sumando lo explosionado y lo requisado, la cantidad de pólvora o de materias primas para su fabricación se elevó a tres toneladas, cantidad que llamó poderosamente la atención de la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Tui. El propio González Lameiro admitió, según su entorno más próximo, que la compra de dichas materias primas (azufre, nitrato de potasio y carbón) es libre, igual que el acceso a tutoriales para fabricar pólvora. «Todo está en Internet, señoría», reconoció, aunque se le pasó decir que eso no exime de responsabilidades en su uso.
En la Guardia Civil mantienen el mismo discurso: «Internet tiene bajos fondos y ahí se compra de todo», expone un agente especializado en incendios en inmuebles o estructuras. El mismo presidente de la patronal de pirotécnicos, Argimiro Alborés, lo reiteró el martes en La Voz: «La materia prima se compra en cualquier sitio, no está regulada. Puedes comprar azufre, igual que el nitrato de potasio, sin problema. No hay nada que lo impida». Lo dicho por el representante del sector en Galicia se cumple a rajatabla, basta con entrar en cualquier buscador de la Red para comprobarlo.
Al gusto
El nitrato de potasio y el azufre tienen otras muchas funciones, algunas agrícolas, por lo que su venta es libre. Con el carbón ocurre lo mismo, de ahí que puedan comprarse grandes cantidades de todo sin llamar la atención de nadie. «El problema viene luego -añade el mismo guardia civil-, si uno busca en Google 'fabricar pólvora casera' encontrará decenas de tutoriales con recreaciones animadas e indicaciones muy esquematizadas». Dicha situación puede darse igualmente pero sin salir de casa. Decenas de portales web, empezando por el gigante Amazon, despachan las mismas materias primas llevándolas hasta la puerta de casa.
Diferente escenario se da con la adquisición directa de pólvora ya fabricada, que también puede adquirirse a través de Internet. La diferencia es que los portales web especializados mantienen una relación muy estrecha con la Guardia Civil, y más concretamente con el servicio de intervención de armas que le compete. «Parece que no, incluso algunas web no anuncian medidas preventivas antes de formalizar el pedido», exponen en el instituto armado. Es el caso de la web www.portalcazayocio.com, que permite comprar un kilo de pólvora por día -estipulado por ley- pero no autoriza el envío de la mercancía hasta que la Guardia Civil comprueba que el cliente tiene toda la documentación y permisos en regla. El mecanismo está diseñado para que no existan fisuras y funciona de la siguiente manera: al completar el pedido por la web elegida, la empresa proveedora remite los datos del comprador a la intervención de armas de su jurisdicción para comprobar si tiene las licencias necesarias. De no cuadrar todo, los mismos agentes tienen en sus manos bloquear el pedido y actuar en función de las irregularidades o sospechas detectadas.
Beneficios y restricciones
Otro punto de venta son las armerías. En Galicia son cada vez menos las que apuestan por despachar pólvora, y eso que se trata de un derivado que no explosiona, se consume al entrar en contacto con fuego, de ahí que su peligrosidad sea mínima. La Armería Santos Cao, en Pontevedra, es una de la pocas gallegas que responden a la demanda. El empleado Alberto González explica que «las restricciones son tremendas, hasta el punto de plantearte dejar de venderla. En el local, para empezar, solo podemos tener 25 kilos, y vender uno por persona al día. Al hacer un pedido al proveedor, la mercancía tiene que llegar en un camión con vigilantes de seguridad. El problema es que para ser rentable el negocio, hay que comprar cierta cantidad».
Santos Cao comercializa el kilo de pólvora a un precio que va de los 90 a los 130 euros, en función de la licencia de armas del comprador, que se tramita según el calibre del arma de fuego. El mismo cliente necesita una licencia para recargar munición y tener la máquina homologada, para lo que también es necesario recibir formación y obtener el pertinente permiso. Fernando, otro trabajador de Santos Cao, añade que «piratas hay en todos los negocios, pero no por ello se puede juzgar a todos los profesionales». Lo mismo explican en la Guardia Civil, que también usa el ejemplo dado por los empleados de Santos Cao: «Cualquier gallego que conozca un poco el negocio o sepa moverse en Portugal compra la pólvora que quiera».
Mientras, en España, las empresas que venden este peligroso producto explosivo también están sujetas a fuertes restricciones. Basta con rastrear la página web del Ministerio del Interior para encontrar los dos reales decretos que regulan la venta de explosivos y de artículos pirotécnicos y cartuchería. La propia Guardia Civil, en su web, relata todas las normas establecidas. Luego, en la práctica, y tal y como reiteran pirotécnicos, agentes o profesionales de armerías, cada uno, como es el caso del pirotécnico de Tui, es responsable de sus actos.