La Voz de Galicia

La «esfollada» de maíz más rápida de Galicia se hace en un hórreo mecanizado de Tui

Tui

Mónica Torres tui / la voz
El canizo más mecanizado de Galicia está en Tui- Hórreos

Jorge Castiñeira ha hecho un granero con techo hidráulico de 16 metros y 10 pies que tiene cintas transportadoras

22 Nov 2024. Actualizado a las 12:39 h.

Lo de «a grandes males, grandes remedios», le viene como anillo al dedo a Jorge Castiñeira. Este vecino de Tui es de los que piensa a lo grande y por eso no sorprendió a sus familiares ni amigos cuando se decidió a construir con la ayuda de su hijo de 12 años un hórreo mecanizado de hormigón. «Pareceulles normal porque os que me coñecen xa saben que, se se me mete algo na cabeza, fágoo», afirma. Dicho y hecho. Además, con la mitad de los materiales reciclados Castiñeira ha levantado sobre diez pies de hormigón el más moderno canastro que se puede encontrar en Galicia, con estructura de hierro, chapas de fibra de carbono para que respire el maíz y un tejado de panel sándwich.

«Para min, a agricultura é un hobbi, como para outros a bicicleta», explica. Nació en una casa de la parroquia de Pexegueiro en la que ahora, a sus 52 años, disfruta de su familia. Desde pequeño cultivó su afición al campo y a los animales. Crecieron a la par, dice, y ahora cuenta con «unha pequena arca de Noé» en la que no falta ninguno de los tradicionales animales de granja y también mantiene el hórreo genuino de la casa en el que su madre aún guarda patatas y cebollas.

El canizo más mecanizazdo de Galicia está en Tui- Hórreos

A Jorge se le presentó hace unos años el mismo problema que afecta a todo el campo. «Non había man de obra suficiente, así que tiña que discurrir algo para seguir traballando». Se inspiró en la idea de Ramón, un amigo de Ordes «que enchía o canizo cunha cinta transportadora levantando o tellado e retellando ao acabar». No tardó mucho en reformular el proyecto para adaptarlo a sus necesidades y, como todo, a lo grande, porque esa inclinación natural a la tierra que Jorge Castiñeira profesa desde su niñez no tiene techo. Un total de 47 propietarios de terrenos en desuso ubicados en la zona de Tui conocida como A Veiga do Louro le cedieron hace ya veinte años el derecho de limpiarlas y trabajarlas y Jorge, encantado, «porque nesta vida o mellor do mundo é estar sempre entretido». Tras su jornada laboral como operario en una empresa de jardinería, este tudense cultiva 5 hectáreas de maíz y 4 de forraje. Sus hijos se hicieron mayores y el trabajo se hacía más duro, así que «tirei de papel e boli e debuxei un hórreo de ferro con base de formigón e teito hidráulico».

A 200 metros del cañizo castizo de la familia se levanta ahora este de 16 metros de largo y 4,5 metros de ancho en el que, como es también tradición, los amigos se han reunido para participar de una popular esfollada. El ingenio de su dueño aligera mucho la tarea del equipo, al que se suman sus amigos Lito, Miguel, Jesús y su hijo, dejándoles más margen para la fiesta. El hórreo más mecanizado de la zona dispone de cintas transportados que acortan tiempos y reducen el esfuerzo físico. Los pilares del hórreo son un poco más altos que la media para que pudiera implementarse este sistema sorprendente. «Traemos o millo no remolque e, ao chegar, vai directamente pola cinta xa que se levanta o teito e énchese o hórreo, que é o máis pesado. En abril, despois de que seque, como o piso ten comportas, vanse abrindo e o millo cae por outra cinta transportadora que o leva directamente á máquina de debullar», explica.

horreo hidráulico Tui

El proceso es un espectáculo y mantiene el arraigo del grupo al campo y la obtención de una harina de maíz de la que muchos disfrutan, incluyendo los animales de la casa, y que «non ten comparación coa que se compra». La última vez que Castiñeira recogió las espigas a mano «hai 16 años, eramos 30 persoas para dúas hectáreas». «O que antes leváballe dúas semanas a quince persoas pode facerse así entre cinco en dous días», indica el agricultor vocacional, que también ha diseñado y construido una empacadora de silo de maíz que lo embolsa.

Su mayor preocupación ahora son los jabalíes. El año pasado se comieron la mitad de la cosecha mientras plantaban. Esta vez no hizo tanto daño, pero han sufrido el impacto del temporal de octubre.


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