La Voz de Galicia

Lo que nadie te contó de la boda de Marta Ortega

Yes

María Vidal /  Sandra Faginas

Hay detalles que aún no se han desvelado del enlace del año entre Marta Ortega y Carlos Torretta: ¿cuánto tiempo tardaron en prepararlo? ¿Cuándo se probó el vestido la novia? ¿Dónde?

26 Nov 2018. Actualizado a las 11:03 h.

Aunque a estas alturas creas que has estado en la boda del año, no es así. Solo 400 invitados disfrutaron del impresionante despliegue que se organizó con motivo del enlace de Marta Ortega y Carlos Torretta, que ya disfrutan de su luna de miel en la India. Fueron tres celebraciones concentradas en dos días, en los que A Coruña dio literalmente la vuelta al mundo. En YES sabemos algunos detalles que nadie te ha contado y que ahora te desvelamos.

Desde que el viernes por la tarde se publicó la primera foto del enlace, Pierpaolo Piccioli se convirtió en algo más que en el diseñador de los cuatro vestidos de la novia. El modisto de Valentino no solo retransmitió minuto a minuto el enlace, sino que pasado el día D completó su relato con algunas pinceladas del making off. Así supimos que el italiano, acompañado de su equipo, se desplazó en avión privado hasta A Coruña el pasado 2 de octubre para realizar las pruebas de los vestidos.

FLORES Y FLORES. Samantha Vallejo- Nágera y María Fitz James posan con los enormes ramos que se regalaban
 

Tal y como se puede ver en las imágenes, que él mismo publicó en Instagram, las modistas aprovecharon para darle los últimos retoques a los looks de Marta Ortega. Su madre, Flora, estuvo presente en las pruebas, pendiente de que todo estuviera perfecto.

Poco después de que todos pudiéramos ver a la novia con el primer traje, hizo su aparición en el Náutico con una segunda apuesta para una noche casual chic de la que se han filtrado muy pocas imágenes de dentro. En realidad tres: la de Jon Kortajarena fumando con la dársena coruñesa de fondo, otra de este modelo con su amiga Eugenia Silva, y una última de Amancio Ortega felicitando a los cocineros Javier Olleros y Ricardo Sanz. ¿Hubo o no hubo móviles esa noche dentro? La versión oficial dice que no se requisaron, pero lo cierto es que la retransmisión de esta fiesta no tiene comparación con la celebración instagrameable del día siguiente en Casas Novas. Como se puede ver en la imagen número 6, el Náutico se decoró en tonos blancos, con muchas velas, para lograr diferentes ambientes, y se colocaron plantas aéreas, aunque en algunos de los salones se mantuvo la madera clásica de este emblema de la ciudad.

DESPLIEGUE. Un amplio servicio de peluquería y maquillaje se puso a disposición en el hotel  Finisterre

SERVICIO DE MAQUILLAJE

El sábado, las calles de los vinos y toda la Marina coruñesa fueron un ir y venir de famosos invitados a la boda de Marta Ortega y Carlos Torretta. Si la pandilla de Samantha Vallejo-Nágera, Jon Kortajarena, Eugenia Silva y su marido, Alfonso de Borbón, comió camarones en O Celeiro, Athina Onassis prefirió dar un paseo por las inmediaciones del hotel Finisterre junto a una amiga. Algunas de las invitadas ya paseaban por la ciudad gallega con el maquillaje y el peinado que iban a lucir horas después en Casas Novas. Un gran equipo de profesionales se puso a disposición de las invitadas que quisieran usar su servicio, aunque algunas, como María Fitz James Stuart, Samantha Vallejo y Beatriz de la Cova, optaron por que las arreglase Diana Fraga, una maquilladora coruñesa. Eso sí, Eugenia Silva prefirió que la acompañara su peluquera, Inés Castaño, desde Madrid. Hay bodas que merecen poner toda la carne en el asador. Y aunque la carne formó parte del menú que sirvió Albert Adrià en Arteixo, no fue precisamente asada. El primer plato estuvo compuesto por crema de parmesano con trufa negra, mini «shitakes» en escabeche oriental, tomates con gelatina de su consomé, guisantes y manitas de cerdo a la menta y coliflor con caviar.

 PRIMER PLATO. Fue servido en una caja de madera que cada invitado tenía delante (en la imagen). Después se degustaron muchos otros platos, dispuestos en los centros de cada mesaInstagram

Esta delicatesen fue servida en unas cajitas de madera que cada invitado tenía delante, pero hubo muchos más platos que se dispusieron en los centros de la mesa (pata de cangrejo, pescado con su guarnición, ensaladas, más carne...), además de un exquisito vino servido en decantadores de cristal.

«La sensación de la boda fue de absoluta libertad -cuenta una de las invitadas-, no había protocolo rígido: unos podían estar comiendo, otros tomando copas, y otros bailando».

CHRIS MARTIN. Posó con alguna de las invitadas, como la argentina Chufy, que presumió en Instagram

El montaje y decoración de Casas Novas asombró por completo a quienes hicieron el recorrido a pie dentro del recinto. En el exterior, un camino de hogueras caldeaba una maravillosa noche, mientras que dentro todo era un frondoso bosque natural, al que se accedía por un túnel de 300 metros, que en zigzag conectaba primero con la zona del cóctel. Allí los asistentes, algunos de pie y otros sentados en sofás, vieron el vídeo de las fotos del enlace civil del día anterior que se proyectó en una pantalla gigante. Posteriormente, todos por ese mismo túnel (en el que también se oía el sonido de los pájaros) dieron marcha atrás para acceder al comedor principal, que empezó a acondicionarse en Casas Novas hace cuatro meses.

EL NÁUTICO. Se transformó con ambientes en blanco, muchas plantas colgantes y velas
 

Para colocar las plantas y árboles (algunos traídos desde Finlandia o Japón) tuvieron que elevar el suelo dos metros para esconder sus raíces y simular esa sensación tan real. Esta apuesta por la naturaleza también se vio reflejada en todos los elementos de estilo rústico, desde las sillas a las mesas, que se impuso en la decoración.

Durante la cena se alabó la presentación del postre de Cèdric Grolet, quien presentó emplatadas unas frutas que, a modo de trampantojo, derivaban en bocados dulcísimos. El mejor pastelero del mundo fue también el encargado de preparar la enorme tarta que degustaron en cucharillas tanto los novios (que estuvieron sentados con sus amigos) como el resto de los asistentes.

Los invitados al enlace de Marta Ortega fueron de sorpresa en sorpresa, de asombro en asombro, e incluso alguna persona no se creía que la propia Norah Jones estuviera interpretando desde el escenario el tema que estaba sonando («es su canción, pero no es ella», dice en un vídeo). Pero allí estaba. Al igual que el cantante Jamie Cullum. Los dos pusieron la nota musical durante la cena, en especial este último, que alargó su actuación media hora más para gozo de todos.

Y cuando los invitados creían que ya lo habían visto todo y la noche no podía dar más sorpresas, llegó el bombazo. En otra sala, habilitada como una preciosa discoteca, con distintas barras y una pantalla circular, Chris Martin interpretó el tema Yellow para que la pareja abriera el baile. A partir de ahí la música no dejó de sonar, con más diyéis, que pusieron el broche final a esta boda en la que los novios regalaron un festival. 

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