La Voz de Galicia

El chiringuito de aldea que lo peta este verano

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LORENA GARCÍA CALVO

En A Cornella, Santiso, no hay playa, pero sí un área recreativa fluvial que cuenta con el bar más famoso de la zona en estos meses. Música en directo y cócteles se incluyen en la receta

19 Aug 2022. Actualizado a las 07:12 h.

A Cornella. Ese es el nombre del chiringuito de aldea que desde hace un par de veranos se ha convertido en parada obligada en el corazón de Galicia. Concretamente, en el pequeño concello coruñés de Santiso, en el límite con Agolada. Situarse en un área recreativa llena de vida, música en directo a pie de prado los fines de semana y una oferta que incluye comida y coctelería se han convertido en la carta de presentación del negocio, que desde este año gestiona Fernando Rey, y que mantendrá sus puertas abiertas hasta finales de septiembre.

 En A Cornella, bautizado así por la aldea en la que se encuentra, uno puede llegar el domingo y encontrarse a varios músicos de orquesta dándolo todo por medio de las mesas, o a la clientela siguiendo el ritmo que marca un dj. En el chiringuito lo mismo suenan temas de Manolo García que de Daddy Yankee, de igual manera que entre la clientela confluyen varias generaciones de familias, vecinos que se reúnen para ponerse al día o grupos de amigos que han convertido el tardeo en arte. El buen ambiente manda y el entorno ayuda.

Porque el chiringuito se encuentra en un área fluvial singular. El río Ulla, engordado previamente por el Furelos, es la referencia. Durante unos metros se divide en dos, como un paréntesis, dando vida a una pequeña isla con sol y sombra que se llena de toallas cada vez que el calor aprieta. Más allá de la zona de baño, un enorme prado con mesas, parrillas, parque infantil, pista deportiva y hasta área de autocaravanas. Y, presidiendo todo el complejo, el chiringuito, con sus mesas, su zona chill out hecha a base de palés, su futbolín o la carpa para eventos. 

Para todos los públicos

Los domingos por la tarde, cuando la agenda incluye música en directo, hay quien deja la toalla para ir a coger sitio a la sombra y garantizarse una silla. Los cafés de verano (con hielo y licor) y los cócteles comparten mesas con refrescos y, sobre todo, con la cerveza. Y para cuando el hambre aprieta y el pincho gratis no es suficiente, se puede tirar de raciones o pizzas, y hasta de comidas por encargo.

«Supoño que hai moitos factores que explican que a xente veña. Para empezar, dende a pandemia todos nos acostumamos a unha maneira diferente de gozar, triunfan máis os tardeos e a música en directo», explica Fernando, «ademais, a xente valora moito que lle poñas pinchos e o tempo está axudando. Teño outros negocios en Melide e iso tamén pode ser unha causa de arrastre». De lo que más contento está el hostelero es, sin duda, de que en A Cornella se cita una clientela variada. Desde abuelos a adolescentes. Es el chiringuito para todos.

 


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