Él estuvo dos veces a punto de morir y cuenta qué se siente: «No vi luces ni seres queridos, me sentí prisionero en mi cuerpo»

Era ejecutivo. Ese día en que cambió su vida iba en moto pensando en su nueva casa, en cómo iba a amueblar su hogar. El semáforo estaba en verde, como su vida en ese momento. Y una furgoneta se cruzó a gran velocidad. El hombre de la moto salió disparado y cayó de espaldas sobre el asfalto. «Aquel hombre era yo», comienza Alex Raco, experto en trastornos del ánimo y autor de ¿Qué se siente al morir? Aquel mes de marzo del 2008 del accidente marcó un camino de cambios para él que se iniciaron un poco antes del día del siniestro, cuando puso fin a una relación y se lanzó a una mudanza. El año anterior había estado ya cerca del final, cuando un pequeño trozo de pan que comió bloqueó sus vías respiratorias. Tosió, pero el trozo no salía y pensó que no lo iba a contar. Corrió del octavo piso en el que vivía escaleras abajo, llegó al hospital que tenía justo enfrente de casa, golpeó las puertas de la ambulancia que había a la entrada y dos hombres le hicieron a tiempo la maniobra de Heimlich. El trozo de pan salió y Alex volvió a respirar.

El accidente de moto y lo que vivió tras él en el hospital donde lo ingresaron lo llevaron a sumergirse quince años en la investigación de la conciencia y concluir que existe un mundo extrasensorial que no tiene esos límites que encuentran los sentidos.

Alex Raco era entonces gerente de un banco en Estados Unidos. Su vida cambió de forma radical hasta convertirse en un bestseller en España, Italia, México y Portugal, experto en trastornos de ansiedad, psicopatología clínica y el mayor especialista de Europa en hipnosis para regresiones a vidas pasadas.

Alex ha tenido la oportunidad de conocer estos últimos años a muchas personas (niños y adultos) que han estado clínicamente muertas, que de algún modo han vuelto a la vida. De su accidente lo vio todo, cuenta, a cámara lenta: la furgoneta acercarse a toda velocidad por su izquierda hasta golpear la parte trasera de la moto. «Volé por los aires y sentí como si alguien hubiera parado la caída... En un momento de peligro, esto hace el cerebro: procesa más información en menos tiempo. Dos segundos pueden parecer mucho tiempo», cuenta. Tras la caída, fue consciente de que muchas personas le estaban hablando, pero él no podía responder. «Pero podía verlos y escucharlos como si estuviera despierto», asegura. «En el hospital me dijeron que había perdido el conocimiento, pero yo le dije a la doctora: ‘Me acuerdo de todo», continúa. Le quedó tras el episodio una sensación extraña. «No presencié nada paranormal. No se manifestó un ángel ni vi a un ser querido, ni luces ni nada. Era como prisionero de mi cuerpo. Sentía que estaba despierto, pero la sensación más curiosa era que no me sentía nada preocupado. Y es lo común a todos los que relatan una experiencia cercana a la muerte: la sensación de tranquilidad. Sientes que pierdes el control pero no lo vives como algo negativo», afirma Alex Raco.

En su libro, junto a su testimonio en primera persona, hay lugar para otras experiencias, como la de Marla, una mujer de 50 años que se desplomó a causa de una isquemia en la oficina. Y se encontró ante un túnel con una luz al final. O la de Clara, Lisa, Laura, Isabel o Tom...

«Quería empezar con mi testimonio para que el lector de este libro entienda que quien escribe no es extraño al tema. Lo que me pasó a mí me sucedió antes de que yo me despertara, si queremos decirlo de esta forma. En ese tiempo [antes del accidente] estaba trabajando en una multinacional y no me interesaban en absoluto estos temas», recuerda el autor.

ESCALA DE 16 PREGUNTAS

Dice que será escéptico hasta el final, pero no dejan de fascinarle las sensaciones que refieren los que se han encontrado al borde de la muerte. «Todos decimos que la nuestra nos cambió la vida, pero a la vez las de los demás te impresionan más», apunta. El actor Santi Rodríguez, que estuvo dos minutos clínicamente muerto, asegura que pudo verse «desde arriba». También la soprano Ainhoa Arteta vivió una experiencia cercana a la muerte. «No vi un túnel, no vi ninguna luz (...), vi un espacio. Estaba un espacio que era azul oscuro intenso con estrellas, con mucha luz, a la vez que era oscuro. Me veía suspendida y era un silencio total», relató en El hormiguero. 

Algo muda de manera definitiva en estas personas. «Siempre les digo a mis amigos que fue como si mi alma hubiera cambiado. Sigo siendo yo, las cosas que me gustan siguen siendo las mismas, pero puede ser que tengamos un par de almas en el cuerpo, ¿por qué no?», dice Alex, al que la vida le llevó, relata, a un seminario del doctor Brian Weiss donde vivió una primera regresión. «Yo sentí la necesidad de poder decirle a la gente: ‘No pasa nada si mueres’. Era algo muy fuerte dentro de mí. Y pensé que me tenía que formar para tener las herramientas. Quise conocer la mente, cómo funciona la hipnosis. Y volví a estudiar para hacerlo bien».

Hay estudios que concluyen que hasta el noventa por ciento de las personas, en las semanas y los días previos a la muerte, tienen al menos un evento sobrenatural. La escala de Greyson que se aplica en relación con las ECM (experiencias cercanas a la muerte) tiene que ver con los pensamientos, el sentido del tiempo o las visiones que se pueden tener en ese momento. En los 80 se hizo un estudio con varias personas que habían sobrevivido a un paro cardíaco y permanecido ingresadas en el Hospital General de Southampton. Se preguntó a los pacientes si guardaban algún recuerdo del tiempo en que habían estado inconscientes y se concluyó que, siguiendo esa escala de 16 preguntas de Greyson, había coincidencia en las respuestas. «Es una escala que se usa para medir si la experiencia ha sido real o de la mente; hay diferencias. Decidí incluir la herramienta en el libro porque es de uso muy fácil», explica.

Las diez historias que recoge Raco en ¿Qué se siente al morir? hablan de la vida tras la vida y son impactantes. «La experiencia más común es que no pasa nada, te sientes feliz —subraya el autor de Más allá del amor—, no quieres volver; lo contrario de lo que pensamos. Otro punto común es la sensación de unidad con los demás. A veces se ve una luz al final de un túnel o a un ser querido que ya falleció».

La vida, según Raco, no tiene final. No puede demostrarlo, pero vive más ligero en su cuerpo. No siente el peso del miedo a morir.