La odisea de ser estudiante entre Ferrol y A Coruña: «En el bus pierdo cinco horas al día, pero gano el alquiler»
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«Me ahorro pagar el alquiler de un piso más los gastos, y lo mejor es que vivo en mi casa. Estoy dentro de mi zona de confort», apunta Martina, estudiante que coge a diario del autobús que conecta las dos ciudades gallegas, pese a que se pierde el hacer vida social en A Coruña
24 Oct 2023. Actualizado a las 15:06 h.
Martina Ferreiro (Narón, 1997) es una de las cientos de personas que a diario realizan el trayecto Ferrol - A Coruña en autobús. Ella lo hace para estudiar, pues cursa un Máster en el Campus de Elviña de la Universidade da Coruña, otros lo hacen en su misma situación o por trabajo. «Tengo clase de lunes a viernes de 16.00 a 19.30 o a 21.00. Así que cuando salgo de allí tengo que irme corriendo a la estación de buses para poder llegar a mi casa sobre las 22.30», cuenta. Aunque, existe una parada de autobús en el campus de la UDC por la que pasa el que va a Ferrol y que le podría ir bien los días que sale a las 21.00: «La descarté porque pasa a las 21.40 y es mucho tiempo sola en una parada oscura y a esas horas la zona está desierta». Su día transcurre de bus en bus. Martina coge todos los días el de las 14.20 en la estación de Ferrol, pero antes de eso tiene que tomar otro desde su casa en Narón para llegar allí. También, cuando llega a la estación de buses de la ciudad tiene que coger el bus de la universidad para llegar hasta el campus. «Tengo que comer rápido y salir a las 13.30 de casa para poder conseguir una plaza», explica. Existe tanta demanda de personas que hacen el trayecto a diario que no todos consiguen entrar en él: «Desde la compañía apenas dan soluciones. Los buseros te dicen que llegues con tiempo a la estación porque no quieren poner otro bus o más frecuencias».
Economizar gastos
La joven apunta que se produce una situación complicada para muchas personas que necesitan ir a clase o llegar al trabajo a la hora, y si se quedan sin sitio, no tienen otro medio. «El bus te cuesta 25 euros por 46 viajes. Al mes sale mucho más rentable que tener un piso», dice ella. «Acabas muy cansada, pierdes mucho tiempo, pero si no tienes los medios económicos para pagarte un alojamiento, está bien. Y más aún con todo el lío que está habiendo este año con el tema de búsqueda de pisos. Es una movida» explica Martina. Vivir la vida universitaria de esta forma tiene sus cosas buenas y malas, como ocurre con todo. «Me ahorro pagar el alquiler de un piso más los gastos, y lo mejor es que vivo en mi casa. Estoy dentro de mi zona de confort», dice Martina, pero siente que pierde vida social en A Coruña con sus compañeros de clase. «Hace unas semanas se organizó una cena de clase y ni me planteé ir, porque el último bus sale sobre las 22.30. Para mí no es viable hacer planes en Coruña», explica la estudiante. Además de que el vivir fuera le complica la vida a la hora de quedar con sus compañeros para hacer trabajos de clase: «Tenemos muchos trabajos y es muy difícil cuadrar porque solo podría, o ir un poco antes de la hora de clase o en alguna hora libre que tengamos durante la tarde».
Sin duda, Martina siente que ir y venir todos los días entre una ciudad y otra le quita calidad de vida y le conlleva una pérdida de tiempo en la carretera. Por otro lado, le permite vivir en casa, dormir cada día en su cama y, no cabe duda de que para ella y su familia supone un gran ahorro económico. Una manera diferente de experimentar la vida universitaria, que es la realidad de muchos jóvenes.