La Voz de Galicia

Profe Manolo: «Obligar a hacer deberes en vacaciones es una mala idea»

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Marta Rey /  S. F.
El profe Manolo en su aula.

Caminar descalzo por la hierba mojada o ayudar a hacer la compra en casa son algunas de las tareas que el profe Manolo propone a sus alumnos para que realicen en verano

22 Jun 2024. Actualizado a las 05:00 h.

¿A favor en contra de los deberes en verano?

A favor, pero de otro tipo de deberes. La palabra deberes conlleva obligación, y obligar en vacaciones, entendidas como tiempo de descanso, es una mala idea. Quizás la clave sea darle la vuelta al concepto y convertir los deberes en una oportunidad de hacer otras cosas, o de hacerlas de manera diferente. En mi libro Deberes de vida intenté transmitir esa idea. Caminar con los pies descalzos por la hierba mojada, ver una puesta de sol, aprender a realizar una tarea doméstica...

¿Por qué no se debería mandar deberes en verano?

No soy amigo de los extremos. Ni de cargar ni de no hacer nada. Pero la idea de cargar conduce casi directamente al aburrimiento, y a la realización sistemática de ejercicios sin aprendizaje ni motivación.

¿Los deberes tradicionales son la mejor forma de repasar lo aprendido?

También son necesarios. Dependen en cada caso de las necesidades y del trabajo realizado previamente por cada niño. Lo tradicional no tiene por qué ser aburrido por defecto, pero si a aquello que queremos reforzar además le añadimos una buena dosis de creatividad y otro enfoque más divertido, obtendremos mejores resultados.

Al igual que los adultos en vacaciones... ¿Los niños tienen que parar?

Todos necesitamos desconectar y descansar, pero como siempre digo, debe haber un equilibrio. Se pueden hacer otras actividades que no están en contra de seguir aprendiendo como dibujar, leer, investigar o visitar museos.

¿Es necesario que los padres compren cuadernillos a sus hijos en verano?

Puede hacerse dependiendo de cada niño y sus necesidades o inquietudes, pero desde un enfoque más atractivo. Hace un par de años colaboré con Rubio en la colección Mi cuaderno de verano y elaboramos un material diferente, divertido y motivador. Se puede consolidar aprendizajes de forma entretenida. 

¿Crees que los padres se agobian con este tema?

Los padres queremos lo mejor para nuestros hijos y sabemos que el verano es para descansar y pasarlo bien, pero también hay tiempo para seguir reforzando y aprendiendo si así lo creemos conveniente. La clave está en la dosis justa de ocio y repaso, pero con un enfoque ameno.

¿Qué actividades recomiendas para los más pequeños en verano?

Algunos de mis deberes de verano consisten en buscar tu cuadro favorito, construir un instrumento musical, dibujarte cumpliendo tu mayor sueño, hacer la lista de la compra y luego ayudar a encontrarlo en la tienda o prestar ayuda a alguien sin esperar nada a cambio.

¿Son importantes las actividades relacionadas con las emociones y los valores?

Creo que mucho más que otras cosas que ponemos a menudo por delante. En la escuela o las actividades deben ser protagonistas como lo son en la vida.

¿Necesitan los más pequeños valorar lo que no es material?

¡Y los más grandes! A veces con nuestro ejemplo transmitimos esa superficialidad. Los objetos y regalos suelen sustituir al tiempo, a las conversaciones, a los paseos... Y si hablamos ya de móviles o consolas sin control, aún nos alejamos más de la realidad.

¿Es posible aprender mientras te diviertes?

Puedes aprender sin divertirte, ya que ormalmente aprendemos a base de golpes, pero si aprendes divirtiéndote, mucho mejor. Es fundamental porque al final querrás seguir avanzando, se consolidará lo aprendido y así tendrás ganas de volver a por más. Ahí está uno de los secretos de los buenos profesores o cuadernillos: motivar, divertir y jugar. Como suelo decir: la letra con risa entra.


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