La Voz de Galicia

Cristóbal Amo Martín: «No dejes los platos sucios en el fregadero, porque así como dejas tu pileta está tu vida»

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ana abelenda EMPRENDEDOR Y DIVULGADOR
El emprendedor y divulgador Cristóbal Amo Martín.

Este economista rico en consejos de vida, que asume el reto de hacer más felices a mil personas al año, pasó de tener una deuda de 500.000 euros y ansiedad constante a dar un cambio de 180 grados. El clic se produjo al ver una película

08 Sep 2024. Actualizado a las 10:21 h.

Dejar unos platos sucios en el fregadero (o en la mesa), pelearse con un hijo o tener como pareja a una persona que prefiere pasar su tiempo libre en casa tienen un significado, probablemente distinto al que les damos el común de las personas en el día a día. Sobre estas cosas, unas más elevadas y otras más domésticas, ilustra el economista, emprendedor, «apasionado y curioso de la vida» Cristóbal Amo Martín, autor de Manual de riqueza consciente (un compendio de los cien más importantes que ha leído), y con una consulta online de Desbloqueo Emocional y Energético. Antes fue ejecutivo medio, llegó a tener 400 personas a su cargo, un millón de euros de patrimonio «y pensaba que no tendría que trabajar más en la vida». «Viví muy bien los destinos que tuve en las empresas en las que trabajé. Yo, cuando llegué a Andalucía desde el País Vasco, elegí un piso y pude pagarlo porque tenía el dinero en el banco. Yo compraba en directo», revela el economista que del 2004 al 2013 pasó de un patrimonio neto de un millón a quedarse a cero euros.

—A los 53, tenías un trabajo, una familia, cuatro pisos, pero no lo tenías todo porque no eras feliz. Y pesaba una deuda importante en el banco...

—Ahora tengo 65 años y a los 53 yo desconocía algo, que somos todo energía. Al desconocer esto, todas las consecuencias se me escapaban. Es decir, yo era incapaz de entender que cada pensamiento genera consecuencias. Las palabras y los pensamientos son energía, y nuestras emociones también. Si a mí con 53 me va el año mal, ¿qué pienso? «La vida es injusta, el Gobierno no ayuda a las personas como yo...». Me voy llenando de pensamientos que son terribles. Y eso tiene consecuencias muy negativas. Sin el conocimiento y las herramientas adecuadas, estás caminando ciego por una habitación llena de explosivos.

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—¿Qué pasó en tu vida el 2013?

—Lo que pasó el 25 de mayo del 2013, justo mes y medio antes de cumplir los 54, es que vi la película El cambio, de Wayne Dyer. La vida me iba muy mal y estaba a punto de morirme. Llevaba desde el 2004 cada año peor que el anterior, en espirales negativas... Tratas de hacer lo posible para estar mejor, pero si no tienes ni idea de que eres energía, y de la influencia de los pensamientos negativos, careces de la información que te va a permitir salir del lío en el que estás. Antes del 25 de mayo del 2023, pensaba que me iba a morir. Tenía ansiedad, depresión. En dinero, había pasado de tener un millón a mil euros en la cuenta. Nunca llegué a tener pensamientos suicidas, pero tenía cuatro hipotecas y no sabía cómo salir. Cuando sufres depresión, es difícil ser un emprendedor al que se le ocurre la idea del millón de euros. Las ideas creativas solo pueden provenir de la salud y el bienestar. Cuando uno está en desesperación, nunca acierta el camino.

 

—¿Solo se va sobreviviendo?

—Sí, pero, si cada año vas a peor, terminas muriéndote. Yo en el 2013 tuve ese clic viendo la película de Wayne Dyer. Y entendí que, energéticamente, estaba haciéndolo todo al revés. Para mí, ahora, una persona que no haya visto cinco veces esa película, El cambio, está perdiendo oportunidades. Esa película te hace ver cosas terrenales sencillas, ¡no hay que ir al Tíbet a meditar ocho años! En el libro Manual de riqueza consciente (Vergara), hago una lista de películas básicas que hay que ver. Si no las ves, vas a pensar que existe la mala suerte.

 

—¿Hay que hacer más gym mental?

—Lo mismo que te interesa ir al gimnasio y hacer deporte para estar bien, e igual que tienes que tener una alimentación sana y no alimentarte de dulces todo el día, de palmeras de coco y chocolate..., te interesa conocer tu mente, saber cómo funciona y ponerle un entrenamiento que sea sencillo. La gente se complica mucho con la mente...

 "Hay que saber cómo funciona la mente. Si tu vida no es sencilla, es que no estás entendiendo algo”

—¿Cómo se concilia el éxito laboral con el bienestar personal, en casa, en nuestras relaciones?

—Todas las facetas son la misma. Si consigues que te vaya bien en algo y lo puedes modelar, puedes conseguir que te vaya bien en todo. Lo que hay que hacer en pareja o salud es lo mismo que hay que hacer para tener dinero, éxito y riqueza. Todo el mundo tiene un problema o tiene varios... La vida te plantea problemas para que aprendas a gestionarlos. Si no sabes, entras en esas espirales negativas en las que entré yo del 2004 al 2013. Igual una persona se llevó mal toda la vida con sus padres, su jefe le grita, no le reconocen o tiene problemas de desamor, y piensa erróneamente que, si encontrara la solución a ese problema, la vida se arreglaría. Es un paradigma equivocado. La vida te provee de problemas continuamente. Cuando empiezas a resolver problemas, y entiendes cómo funciona tu mente y cómo las leyes de la vida, resulta todo más sencillo.

 

—¿Meditar es esencial a diario?

—Yo me refiero más a la visualización creativa. Cuando alguien me dice que no medita, digo: «¿Qué crees, que no tienes mente?». Es como si no haces ejercicio: «¿Qué crees, que no tienes cuerpo?». Esa visualización creativa para empezar el día ha de ser sencilla, muy concreta. Hay gente que visualiza cosas muy complicadas. No se trata de visualizar algo sencillo que te emocione. Si la vida no es sencilla, no estás en el buen camino, no estás entendiendo algo.

—Entiendo que en tu caso hubo que cambiar la alimentación y los hábitos...

—Claro, pero tu cuerpo y tu mente no te llevan a hacer con regularidad ejercicio ni a tener una alimentación sana si estás lleno de pensamientos negativos. Esta es la clave del cambio.

 

—¿Qué enseñas a la gente en tus vídeos y con las formaciones?

—A entender que tienen que llevar un tipo de vida concreto. Lo que les enseño es una actitud, una forma de andar por la vida. Si me dicen «no tengo dinero», les digo: «Tienes que visualizar cada día algo concreto, ver estas películas, leer estos libros». Yo hablo de tres cosas sencillas: un divino perdón (hemos venido aquí a perdonar, a dejar ir). El doctor David R. Hawkins dice que todo se soluciona con dejar ir. Jody Spencer, que acaba de venir a Barcelona, me parece fundamental. Él dice que debes hacer repasos mentales a diario, de una hora cada día, que incluyan emociones elevadas. Spencer dice: «Si no tienes tiempo de dedicarte una hora al día, no me cuentes que la vida te va mal. No te estás priorizando».

 

—«No dejes los platos sucios en el fregadero», adviertes en tu cuenta de Instagram. Los tips que sueles compartir en redes sociales son de utilidad.

—A la gente le digo que friegue los platos porque, así como dejas la pileta por la noche, así es tu vida. Este es un acto simbólico importante. Nuestra vida está llena de simbolismos.

 

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—Me sorprende ese post en el que apuntas que si estás con alguien al que le gusta quedarse en casa, que prefiere la tranquilidad del hogar a salir de juerga, estás con alguien excepcional.

—Sí, estás con una persona maravillosa, ¡estás con un unicornio rosa!

 

—Cualquiera vería «aburrido» a alguien que quiere salir muy poco de casa...

—En el fondo, eso muestra un desconocimiento de la ley del espejo. Cuando la gente no tiene ni idea de esto, puede decir: «Es que mi mujer no quiere salir nunca de casa, es muy aburrida... Pues ella que se quede, que yo salgo y a correr».

 

—¿Cómo funciona la ley del espejo?

—Vamos al colegio, hacemos primaria, bachiller, sacamos una carrera, un máster, estamos al día en el trabajo, igual estamos estudiando-estudiando-estudiando 20 o 30 años de nuestra vida. Y nos despiden de la empresa, nos quedamos en la calle y piensas: «¿Para qué he estudiado yo 30 años?». Digamos que lo que se te da mal en esta vida es lo que has venido a resolver. La ley del espejo tiene base en Carl Gustav Jung, que habla de cuatro arquetipos, y uno es la sombra. De este arquetipo, Jung dice que guardas aquello que te resulta odioso de ti dentro de tu ser, en un sitio que él denomina la sombra. Imagina que, cuando tu hijo era pequeño, le pegaste y te culpas muy dentro de ti de ser mala madre. Ahora, tu niño ha crecido y te fijas en los niños pequeños del parque. Y ves peligros por todas partes. En una esquina del parque ves cuatro mujeres hablando y piensas: «Son malas madres». Ves malas madres por todas partes, porque en tu interior de forma irracional grabaste: «Fui mala madre». El efecto de la proyección está muy trabajado en psicología.

 

—¿Entonces, la persona que te llama «aburrida» si quieres quedarte en casa ve en ti la sombra de su aburrimiento?

—Sí, pero es más difícil. Lo que nos dice Jung es que nuestra sombra la proyectamos en los demás y pasamos la vida peleando con otros sin darnos cuenta de que, en realidad, nos estamos peleando con nosotros mismos.

 

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—¿Y si no peleas?

—Pelear es un programa, y no pelear es otro programa, del que hay que salir. En ocasiones tuvimos padres dominantes, de los que pasan el rodillo. Ahí tienes que ser sumiso porque si no, tropiezas con padres de carácter muy fuerte con los que o era ser sumiso ¡o morir! Y si te rebelas, deberás lidiar toda la vida con el «fui en contra de los padres». ¿Y entonces qué te encuentras? Muchas veces, con parejas dominantes que eliges. Los hijos imitan el modelo de los padres.

 

—Una pregunta de tus redes: ¿por qué la mayoría de los hombres no quieren comunicarse con sus parejas?

—¡Con eso me han caído una cantidad de comentarios! En general, todas las heridas que las mujeres tienen provienen de los hombres, pero lo que no suelen ver las mujeres es que toda herida que tiene un hombre ha sido creada por una mujer. Por esto me han dicho que soy «un poco antiguo». Pero tengo claro cómo hemos montado la vida. La mente del hombre y la de la mujer están estructuradas de una manera muy diferente.

 


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