Manuel Gómez Pereira es, dentro del ámbito cinematográfico español, ante todo un director de comedia. Su filmografía cuenta con títulos tan conocidos como Todos los hombres sois iguales (1994), Boca a boca (1995), El amor perjudica seriamente la salud (1996) o la reciente 8 (2005). Es este un género en el que se mueve con soltura, y del que intentó desvincularse ya en una ocasión anterior, con Entre las piernas (1999), thriller erótico a la gloria de Victoria Abril.
Segunda incursión
Con El juego del ahorcado hace su segunda incursión en el mundo del thriller, sin embargo menos lograda que la primera. Partiendo de la primera novela de Inma Turbau, plasma una historia de despertares sexuales y obsesiones, teñidas por un crimen y un juego de dependencias pasionales, todo ello ambientado en los años ochenta (moda y peinados inconfundibles). Un intento de cine negro que recae en las espaldas de dos jóvenes intérpretes; Clara Lago, cuyos dieciséis años se nos hacen por momentos poco creíbles, y Álvaro Cervantes, que sobresale en su recreación de un adolescente obsesionado con una amiga de la infancia y consumido por fatídicos acontecimientos. Es lógica su nominación al Goya a mejor actor revelación, aunque también que se lo haya arrebatado Juan Manuel Montilla, Langui.
Pero por lo pronto, Gómez Pereira sigue desenvolviéndose mejor en la comedia.