Es fácil imaginarse la escena en el despacho de los temibles hermanos Weinstein ante sus ocasionales socios, los muy respetables cineastas Sidney Pollack y Anthony Minghella (por desgracia para el cine, ya fallecidos). «Tenemos un best seller , es de época, toca el inquietante mundo del nazismo y sus terribles consecuencias», dirían los segundos mientras replicarían los primeros: «Ok, busquemos a un director artístico y que haga una película de qualité para llevarla a los Oscar». Los Weinstein se cuidarían mucho de no advertir de su manía por aplicar el tijeretazo. Dicho y hecho. Se fueron a por el británico Stephen Daldry, autor de Billy Elliot (2000) y Las horas (2002), diseñaron una producción impecable y el resto, coser y cantar. Era necesaria una protagonista que no podía tener la edad de Meryl Streep o Glenn Close y acertaron con Kate Winslet, pedazo de actriz a la que sin embargo visten en la segunda mitad con un maquillaje francamente mejorable. Misión cumplida: varias nominaciones al Oscar y casi segura estatuilla para la propia Winslet.
¿Invalida esta operación de diseño comercial el resultado de El lector ? No pero si? No porque invita a reflexionar sobre la manipulación del poder (en este caso de una pobre analfabeta reclutada por las SS para guardiana de un campo de concentración) y la cobardía del joven abogado (sexualmente iniciado por ella en el Berlín de posguerra) que sabiendo de su no culpabilidad (aunque tampoco es inocente) permite que la condenen a cadena perpetua. En medio, algo tan sugerente como los libros y la lectura, la pasión de Hanna, compartida por él.
Influenciable
Tomada de la novela Der Vorleser, de Bernhard Schlink, publicada en 1955, el hecho de que tanto Pollack como Minghella ya no estaban para opinar da motivos para sospechar que los Weinstein no se cruzaron de brazos ante el influenciable Daldry. Suponer que ellos se quedaron con el derecho al «corte» final y el director a una versión íntegra para el DVD no debiera ser descartada. Buena película, de las que oxigenan el cerebro, pero al mismo tiempo no oculta sus intenciones de colarse en los Oscar como fin último. Y si no es así, lo parece.