A falta de un estudio coruñés que ayude a trazar el perfil del botellonero autóctono, se puede recurrir al mayor trabajo realizado por este fenómeno en España, elaborado en la comunidad autónoma extremeña. En él participó el sociólogo coruñés José Antonio López Rey, que desde hace dos años trabaja en la Universidad herculina. «El estudio de Extremadura nos puede dar una idea bastante aproximada de lo que ocurre en el caso gallego o coruñés», asegura este estudioso, si bien matiza que para trazar un perfil preciso sería necesario, lógicamente, realizar un trabajo de campo en A Coruña. En el caso extremeño, el despliegue metodológico fue muy ambicioso: «Realizamos una encuesta representativa a familias en la que entrevistábamos a padre, madre e hijos. Distribuimos 150.000 cuestionarios entre los padres de los niños escolarizados, de los cuales procesamos 25.000. Hicimos una encuesta a 500 jóvenes participantes en el botellón de las cuatro principales ciudades...».
Las conclusiones fueron publicadas en el libro Botellón. Un conflicto posmoderno (Icaria, 2003). En este trabajo se traza el siguiente perfil del que catalogan como « botellonero intensivo», que es el que realiza esta práctica siempre que sale o al menos dos días a la semana: es un chico (71%), de 19 a 23 años (57%) y estudiante universitario (42%). «En general, podemos decir que los que están trabajando o buscando trabajo son los que en mayor proporción asisten de forma esporádica, mientras que los estudiantes de Universidad son los que en mayor medida lo hacen de forma intensiva, siendo los estudiantes de ESO y Bachillerato los que en mayor medida van un día a la semana», se afirma en el estudio.
Ya en general, sin diferenciar entre botelloneros intensivos o no, la media por persona es de cinco copas. Lo más típico es, con mucha diferencia, el combinado de refrescos con bebidas de alta graduación, que es lo que ingieren el 84%. Bebidas sin alcohol (9%), combinados de baja graduación (6%), cerveza (4%) y licores de baja (4%) o alta graduación (1%) son las otras alternativas. La suma de todas estas opciones es superior a cien porque algunos declaran ingerir más de un tipo de bebida.
Los que presentan una mayor proporción (90%) de bebedores de alcohol fuerte (solo o combinado) son los que tienen entre 19 y 23 años, así como los que tienen la menor proporción de no bebedores (4%). «Destaca la baja proporción de abstemios, un 7%, y la práctica inexistencia de bebedores ocasionales», sentencian los autores del estudio, firmado por Artemio Baigorri, Ramón Fernández y el GIESyT (Grupo de Investigación en Estudios Sociales y Territoriales).