El grupo de chabolistas que este viernes protagonizaron un altercado con varios agentes en Penamoa se presentó ante la jueza de guardia para declarar por lo sucedido y para cursar una insólita demanda. Nada más y nada menos que se le imponga a la policía una orden de alejamiento del poblado. La súplica viene dada, según explicaron, por el acoso al que se ven sometidos los residentes del asentamiento desde hace algunas semanas. Afirman que algunos de los agentes que patrullan el poblado «se comportan como chulos» y se dedican a «provocarnos». No solo eso. Los chabolistas le juraron a la jueza que están siendo objeto de brutalidad policial y de abuso de autoridad, de ahí la necesidad de una orden de alejamiento que impida a las fuerzas del orden entrar en el asentamiento.
Esa petición está originada por el último altercado vivido en el poblado, cuando el viernes al mediodía un policía se vio obligado a disparar contra un perro que había sido azuzado por un chabolista. Según los agentes, cuando el animal se desplomó malherido, comenzó a salir gente de una choza amenazándolos de muerte, avisándole de que tenían armas y de que estaban dispuestos a matarlos. Tanto se encendieron los ánimos, que los funcionarios optaron por abandonar el lugar.
Chabolistas y agentes se volvieron a ver las caras horas después ante la jueza de guardia. Después de que los policías explicaran como sucedieron los hechos, hablaron los residentes de Penamoa. Para decir que nadie azuzó a los perros, sino que fue un policía el que «sin motivo» disparó contra el can, que estaba sujeto por un niño. Una prueba, según dijeron, de la necesidad de imponer la orden de alejamiento.
El portavoz de Penamoa, Ramón Borja, prefiere llamar a la calma y se muestra dispuesto a colaborar con la policía.