Un equipo de la comunidad formado por Cabo de Cruz, Chapela y Meira, el podio en el Nacional de trainerillas, tomará parte en la bandera de La Concha, que por primera vez en 128 años abre la participación a las mujeres
31 ago 2008 . Actualizado a las 02:50 h.El remo femenino gallego sale a flote. En un mundo de hombres cargado de reglas rancias, los organizadores de La Concha han roto una lanza a favor de las mujeres y después de 128 años de historia han convocado la primera bandera femenina. Galicia no ha querido desaprovechar la oportunidad y como por cantidad era imposible montar una trainera de un solo club, se ha unido todo el podio del campeonato de España de trainerillas para dejar a la comunidad en el mejor lugar. La tripulación galaica que el sábado 13 se estrenará en San Sebastián está formada por remeras de Cabo de Cruz, Chapela y Samertolameu de Meira.
«Fue una invitación de la propia organización de La Concha. Estamos hablando de la mejor regata que hay en el calendario, que metan a las mujeres es bueno», comentan Marco Antonio Castelao y Luis Curra, los dos entrenadores del equipo, que admiten que poner de acuerdo a tres clubes diferentes siempre es difícil, «pero en principio va todo bien».
El paso al frente es un ejemplo de sacrifico y de desigualdad. Solo pueden entrenar juntas a los sábados y algún festivo, y para conseguirlo las barbanzanas tienen que pegarse la paliza de una hora y media en coche para llegar a Meira a primera hora de la mañana. En la nave de Samertolameu está el cuartel general y también la embarcación con la que desafiarán -una Amilibia- a cántabras, vascas y catalanas, sus rivales en la cita. «Pensamos en rotar, pero no podemos andar desplazando la trainera. Era una tontería ir una semana a cada sitio si la embarcación está en Meira».
La desigualdad en este caso no es una cuestión de sexo, sino de trabajo. Las tripulaciones vascas (también con alianzas entre clubes) llevan desde el mes de junio compitiendo y entrenando a diario y Astillero (con la gallega Vicky Piñeiro, excluida del Nacional de remo por ser mujer, como timonel) tiene su propio equipo. Se entrenan en aguas abiertas, en las mismas condiciones en las que se celebrará la prueba, pero las gallegas tan solo pueden ejercitarse en la ría, con el mar convertido en piscina. Ahí radica la principal preocupación de los protagonistas: «Las chicas no dejan de ser todo el podio del Campeonato de España. Dentro de la trainera hay vatios -dicen los técnicos-, pero jugamos en desventaja porque entrenamos en medio de la ría en calma y allí es mar abierto, además de que salimos poco al mar». En total llegarán a la competición con ocho días de mar, una insignificancia para crear un equipo campeón, «pero lo vamos a compensar con la motivación y las ganas de las chicas».
Vaya si ellas tienen ganas. Si los entrenadores firman una plaza en la final, entre los cuatro primeros, el objetivo de las remeras es ganar, una palabra que repiten al unísono al ser preguntadas por el objetivo. «Só nos conformamos con gañar, é difícil, pero por pedir...». El poco entrenamiento cuenta con un problema añadido. Cada club tiene su técnica de remo y es difícil compenetrarlas en tan pocas sesiones. «Cada una tiene su forma de remar, sus técnicas, pero ya van cogiendo la forma, van a llegar bastante justas», dicen los entrenadores, mientras que las remeras indican que requiere más fuerza y que compenetrarse es más complicado. Eso sí, en un ambiente de camaradería. «Non nos pegamos, somos do mesmo equipo», dicen en un tono jocoso. La mayoría de ellas ya se conocían de otras competiciones.