Un error de Óscar Díaz en un partido lleno de imprecisiones lleva al Girona al triunfo en la jornada inaugural
31 ago 2008 . Actualizado a las 18:05 h.El Celta comenzó mal el curso pasado y terminó de idéntico modo. Este año, en su segundo caminar consecutivo por la división de plata incluso ha arrancado peor. De nuevo un recién ascendido le aplica la primera estocada. En este caso llevándose el triunfo de Balaídos y cortando de raíz cualquier atisbo de ilusión que pudiera generar el verano y el cambio radical. Del pasado ayer en el campo únicamente supervivían Rubén y Rosada.
Los nervios del debut y la presión del Girona ahogaron al Celta en el arranque de la temporada. Quizás los celestes salieron con la pesada losa del pasado más inmediato encima y en su puesta de largo apenas lograron soltar amarras.
Sin embargo no tuvo que pasar mucho tiempo para hacer buena la hoja de ruta del verano. Problemas de cobertura atrás, en especial para defender el juego lateral y bastante calidad en ataque. Con una salvedad, en ningún momento el doble pivote pudo imponer su ley. Trashorras estuvo demasiado lejos del peligro y Rosada volvió a mostrar su versión diésel.
A falta de juego por dentro, lo mejor del Celta en todo el partido llegó en las bandas. En la siniestra Óscar Díaz demostró talento, aunque también ciertas carencias para la cobertura, mientras que en la derecha Dani Abalo tiene el desparpajo de un juvenil y la osadía de un internacional. Un eslalon del ex Mallorca pudo abrir la lata, pero el vilagarcián puso tres balones en la misma área pequeña que no encontraron un pie que los alojase en el fondo de las mallas. También empujó lo suyo Ghilas, más que un media punta argelino un fondista marroquí asentado en el Atlas, aunque algunos de los muchos kilómetros realizados ayer fueran en balde.
A medida que se acercaba el descanso el Celta fue creciendo, pero al mismo tiempo dejaba una puerta abierta a la incertidumbre atrás. La pudo aprovechar Jito en un remate de cabeza a placer en Notario resolvió con una manopla salvadora que equivale a voto de confianza.
Notario refrendó su debut a la vuelta del vestuario. Con el Girona recuperando la presión Durán encaró al portero tras un fallo defensivo y el meta catalán desbarató el peligro. Como en el acto inicial, a los vigueses les costó mandar ante un rival mejor situado y con la línea de creación tan lenta como ausente. Por encima a los célticos les puede la elaboración. Prefieren dar cuarenta toques a apostar por la verticalidad, y tanto estilismo en un partido inaugural tan solo puede encontrar el camino de la imprecisión. Así dilapidó David Rodríguez y Ghilas dos buenas llegadas.
No estaba para florituras el Girona, que se encontró un regaló de Óscar Díaz, que metió un despeje en su propia área, para adelantarse en el marcador con un tanto de Jaume Durán.
Con el marcador en contra el Celta incidió en el error. Más pase corto frente a un equipo que defendía con todo. Solo Dani Abalo tenía una pizca de verticalidad y en este escenario el pesimismo se apoderó de todos. Con un cuarto de hora por delante a Murcia solo le quedó el recurso del juego directo para intentar evitar la derrota. Metió a Dinei y el brasileño a punto estuvo de beneficiarse de un rechace. Pero la fortuna le fue esquiva. Para que el Celta se tome el aviso en serio.