Por muchas vueltas que le dé al asunto, Gómez Noya no sabe el origen de los problemas de flato que sufrió en Pekín. «Pues no sé y no he encontrado a nadie que me lo diga. He llevado la misma rutina que otras veces: calentamiento, hidratación, alimentación, posición en la bici, no sé».
-¿Hizo algo mal?
-¿Cómo qué?
-Pues si bebió mucho, caliente o no.
-Bebimos caliente y eso no es lo mejor. Puede tener bastante que ver, pero no podía ser de otra forma. Había que beber los botellines de la organización, que no eran térmicos. Es lo mismo para todos, pero a unos les afecta el calor más y a otros menos, igual que algunos con frío se bloquean mientras que yo me beneficio. Intenté adaptarme y todo eso. Incluso hice una buena carrera en calor en Hungría, pero ¿por qué el flato sucede a veces y otras no?... De joven tuve que parar en alguna carrera por el flato. Ahora lo llevo mejor, quedé cuarto aunque de poco me valiera.
-¿Por qué pusieron el triatlón a las diez y no a las ocho, como otras pruebas?
-Los organizadores en lo último que piensan es en la salud de los deportistas.
-¿Cambiaría algo de su carrera?
-A toro pasado... Si veo la carrera después igual hago cosas distintas. Bastante hice con entrenar a pesar de mis problemas: 110 kilómetros a la semana y 400 de bici. Bastante que el tendón aguantó.
-¿Y mereció la pena?
-Si sé que voy a quedar cuarto me lo tomaría de otra forma, pero estoy contento. Tenía un objetivo muy importante y he luchado por él. Pero para mi no es un sacrificio entrenar todos los días, comer, dormir y entrenar a tope. El año que viene entrenaré igual de duro, aunque no haya Juegos.