Contundente derrota del Deportivo en Mestalla (4-2) en un partido que comenzó ganando y dominando, y terminó diluido por el potencial ofensivo del líder de la Liga.
Un gol lo cambia todo. Un bálsamo ante las dudas, es el colmo de un juego preciosista y es la mejor manera de tumbar al líder. Un gol es lo que le faltaba al Deportivo. Y ayer lo consiguió, después de 28 días esperando, a los diez minutos de juego. Mestalla comprobó que la fe no solo mueve montañas sino que también sabe golpear el cuero con efecto. Después de que Mista errase a los 120 segundos de juego la imposible en el área pequeña, Pablo Álvarez se fió del balón que le envió Zé Castro e hizo lo que no quiso hacer Moretti: correr hasta la línea de fondo. Una vez allí, centró atrás, el balón lo desvió Moretti y se coló en la portería.
El premio había llegado por la derecha, pero el trabajo había sido, y del bueno, por la izquierda. Guardado y Verdú estaban sacando provecho de los espacios generados por los desajustes defensivos locales. El Valencia no perdió los papeles, pero el Dépor interpretó apatía y se subió a las barbas del líder robando en el último tercio del campo, cambiando juego de banda a banda, a balón parado e incluso a la contra.
Respuesta local
Tras el gol, el rival blanquiazul empujó hasta los guantes de Aranzubia llegando desde los laterales (sobre todo el derecho de su ataque), y las ocasiones deportivistas fueron claras, contraatacando a los abandonados centrales valencianistas. El Dépor supo leer mejor el partido en estos inicios, abrigándose atrás y mostrándose sin riesgos frente a un rival que se desgastaba en vano buscando los espacios que no conseguía generar en cada uno de sus ataques.
Hasta que encontró la manera. Erró todo el sistema defensivo y la jugada terminó en gol de Mata. Los papeles cambiaron. Desde ahí fue el rival el que sacó pecho y agarró el timón. Pegó un par de latigazos más para castigar la zurda coruñesa y el siguiente ya se lo aplicó directamente la zaga blanquiazul, con un regalo a Villa en el área. Contra todo pronóstico, el asturiano la mandó fuera.
Llegó el descanso con una primera parte en la que los méritos se repartieron, aunque el último turno fue para el Valencia, que sobrevivía gracias a su pegada, pesea su lenta conducción del balón en el centro del campo.
Comenzó la segunda entrega con un Deportivo más preocupado de coser los rotos que de zurrarle a Renan, lo que cedió la iniciativa al Valencia, que lo primero que hizo fue buscar a Villa. El asturiano demostró que el parche a la izquierda no era menos necesario que en la derecha. Rompió todo el armazón defensivo por esa banda y batió duro a Aranzubia. Disfrutando de la momentánea remontada, siguió por un tiempo ahondando en la herida por la diestra.
Desorden y sentencia
El choque estaba siendo local, y en diez minutos frenéticos, Lopo cometió un penalti (mano dentro del área) que no se señaló, Guardado pudo marcar de libre indirecto y Aranzubia evitó el segundo de Villa. Lotina reaccionó retirando a Mista y a Antonio Tomás, y situando a Omar Bravo y Lafita. Velocidad y verticalidad. Morir matando.
Resultó demasiado ardua la tarea de empujar a un equipo que embestía con toda la fuerza de su fútbol. Lo intentó el conjunto coruñés, pero solo alejar la pelota del área propia ya suponía un esfuerzo hercúleo. Tanto, que a medida que las fuerzas fallaban se hacían más patentes las carencias defensivas de ambas bandas. De todos modos, para evitar el gol de Joaquín en el veinticinco de la segunda, con cuatro futbolistas combinando a la primera por un costado, hay que tener muchas tablas.
Chaparrón de ocasiones
El tramo final del encuentro, con un Valencia crecido en su liderato, supuso un chaparrón de ocasiones ante la portería del Deportivo, contra lo que el único antídoto ear pedir la hora. El gol de Lafita fue muy protestado porque el juez de línea había levantado la bandera, pero acertó el colegiado al conceder la ley de la ventaja.
Se rompió la racha de partidos sin marcar, pero la victoria se resiste cuatro días antes de un partido que es necesario vencer para seguir en la UEFA. El Brann noruego visita Riazor el jueves a las nueve de la noche con dos goles de ventaja.