El Fabril y el Celta B se reparten los puntos en un derbi sin respiro

Pedro J. Barreiros

FUTBOL GALLEGO

29 sep 2008 . Actualizado a las 13:26 h.

El derbi gallego de filiales se resolvió con unas tablas que dejaron contentos a todos. Sirvió al Fabril para ofrecer sus mejores minutos de la temporada, sumar su segundo punto en seis jornadas y abandonar el farolillo rojo. El Celta B volvió a apelar al buen fútbol que exhibió el miércoles frente al Pontevedra y concluyó con nota la semana más exigente de su arranque. No en vano, siguen al acecho de las cuatro primeras plazas.

Y eso que las primeras gotas de genialidad corrieron a cargo de los locales: Iván Pérez adelantó al Fabril gracias a un gol olímpico. Su saque de esquina tomó un efecto endiablado y se coló en la portería de Yoel después de pegar en el poste. Pero su tanto no cambió el panorama. El filial vigués había salido mandón y, en realidad, nunca dejó de dominar hasta el tramo final, cuando el duelo se volvió loco.

Ocasiones

Aicart y Cristian marcaron el ritmo en Abegondo, especialmente en la primera parte. Los mediocentros célticos se desayunaron el centro del campo local por despliegue e inteligencia. Siempre con criterio, se hincharon a recuperar balones y hasta lograron encerrar al Fabril en su propio campo. La movilidad de Chupe, quien más lo intentó, y de Suanes hizo el resto, aunque lo cierto es que les faltó tranquilidad en el último pase y apenas inquietaron a Valín, quien ayer disputó su segundo partido de la temporada. El propio Chupe erró la mejor ocasión, cuando Suanes regateó al meta y cedió a su compañero, que disparó al cuerpo de Juanan.

¿Y el Fabril? Los motores de su juego, Momar y Nacho, parecen lejos de su mejor versión... O quizá es que la sombra de Álex y Pita resulta demasiado alargada para sus sucesores. Con Juan Domínguez y Chema (las otras posibilidades que ofrece la plantilla) lesionados, la búsqueda de soluciones en una zona de vital importancia para cualquier equipo se tornan urgentes.

Los coruñeses solo llevaron la iniciativa tras el gol del Celta B. En su afán por evitar el remate de Oriol, Sergio Benito batió a Valín con un cabezazo hacia su propia portería. El empate despertó al Fabril, que se lanzó rabioso hacia la meta rival a lomos del juvenil Chirri, un purasangre de botas rojas y velocidad endiablada que acabó asfixiado. En su mejor acción, combinó con Lassad, quien cedió de tacón para que Iván Carril se plantase solo ante la meta visitante, pero remató alto.