Dos problemas graves mantienen al Racing en el furgón de cola de Segunda B, aunque todavía no caiga a la zona de descenso: sufre a balón parado y no mete un gol desde hace un mes. Las dos carencias retratan su partido de extremos en Lemona, donde entregó un tiempo envuelto en dudas y completó una segunda mitad brillante salvo en el tiro a puerta; donde sufrió muchos minutos ante un rival simplón que le marcó gracias a una falta lejana que cabeceó Fran Pérez y mostró también su mejor cara en el tramo final. En cualquier caso, el balance es insuficiente porque le condena a desilusión tras desilusión.
No existió en ataque el Racing durante 42 minutos. No hubo al inicio ni rastro del equipo que quería reaccionar por fin en Lemona para lanzarse a por su objetivo, los cuatro primeros puestos. Estuvo a merced del rival y atacó con muy pocos efectivos. Sin balón, concedió al menos tres buenas ocasiones: un tiro de Arroyo que despejó a córner Sergio, un remate de Huegún pegado al poste y una falta corriente que cabeceó a gol Fran Pérez llegando desde atrás a la media hora.
Un cambio radical
Con el gol en contra despertó al fin el Racing, al que no le quedó más remedio que arropar a sus cuatro jugadores de ataque, hasta entonces muy solos cuando conseguían cabecear o bajar algún envío largo. Empezó a funcionar en los cinco últimos minutos.
Lanzó su primer córner en el 42 y tiró al fin a puerta -algo que no había hecho hasta entonces- en el 45.
No fue un espejismo. El Racing dominó el segundo tiempo de principio a fin, aunte un rival incapaz de pasar prácticamente del centro del campo. Los laterales se animaron a acompañar algo en ataque, los medios centros se sumaron a las disputas alrededor del área, y el equipo ferrolano fue superior con fútbol directo, casi el único que permitía un campo blando, estrecho e irregular. Manolo Pérez y Zafra dirigieron las operaciones, Nano apareció mucho gracias a su altura y su agresividad, Deus siguió bajando y protegiendo balones a la espera de unos compañeros que ahora sí se le ofrecían y Lamatina llevaba casi siempre el mayor peligro. Pero sin marcar. Y así no se gana.
También Bochu lo intentó antes de marcharse sustituido por Carlos Rodríguez. Hasta Sanjulián rozó el empate con un remate que peinó de cabeza. Entre el portero del Lemona, Etxebarrieta, y los postes frustraron las esperanzas del Racing. En el larguero estampó Lamatina un testarazo y allí mismo estrelló poco después Gustavo Souto un remate en boca de gol. Todavía falta algo para ganar.