Gabi Opare, un ghanés que llegó a Vigo con una beca, se proclamó en Alicante vencedor del nacional de categoría júnior
05 nov 2008 . Actualizado a las 12:04 h.Llegó a Vigo con una beca para estudiar biología y con un piso de acogida como techo. Pero tres años después Gabriel Opare (Takoradi, Ghana, 1988) se ha convertido en campeón de España -el último título lo consiguió el fin de semana en Alicante- de culturismo en categoría júnior y firme candidato al cetro mundial que a finales de mes se disputará en Chequia.
La historia de Gabi es la de la superación y la integración por la vía deportiva. Cuando abandonó África lo hizo con la idea de formarse, de buscar en Vigo la sabiduría necesaria para abrirse camino en la vida. Sin embargo, a orillas del Atlántico encontró su verdadera pasión. «Llegué para estudiar con una beca, pero enseguida lo dejé, tan pronto como tuve los papeles».
Guiado por Ángel Martínez y Carmen Zamora, sus padres adoptivos , comenzó a frecuentar el Gimnasio Coliseum vigués. Allí quedó prendado de las fotos de un culturista que pendían de la pared. «La vi y dije: ''¡Hostia!'', y le pregunté al monitor en qué consistía», recuerda. El cicerone le dijo que todo era posible «con fuerza de voluntad y dedicación», y Opare cogió el mandamiento al pie de la letra.
Desde entonces no perdona un día de entrenamiento a razón de cuatro horas diarias. «Hago pesas, trabajo aeróbico y abdominales». Al principio combinó su pasión con el trabajo de portero de discoteca, pero ahora es panadero en una gran superficie comercial. En función del horario se pega el madrugón o le quita horas al sueño para convertir su cuerpo en la referencia de su continente de acogida.
Como un joven occidental al uso se ha independizado, pero regresa a su casa viguesa todos los días para degustar una dieta a base de avena -como la eterna Merlene Ottey-, arroz blanco y pescado a la pancha como elementos principales.
Desde el principio se le vieron cualidades. «Mis monitores me decían que tenía madera para el deporte», quizás como una herencia genética, ya que su padre nació en la cuna del reggae power. Es jamaicano. En su primera participación en un campeonato gallego se llevó el título; en su debut en el nacional, el subcampeonato, y ahora, el entorchado de campeón de España.
Tan en serio se lo ha tomado que de la mano de Ramón González, su entrenador, piensa en vivir de la disciplina, ya sea como profesional o con un buen patrocinio. «Se puede vivir de esto y voy a intentar conseguirlo». Alcanzar el título mundial sería un gran espaldarazo, «y los jueces del nacional me han dicho que tengo posibilidades».
El éxito en Chequia sería el mejor presente para su familia ghanesa, a la que todavía no ha visitado desde su llegada a Galicia, pero con la que mantiene contacto habitual. Quiere regresar de visita, pero en Vigo ha echado raíces. Por el magnetismo del deporte.