Fernando Alonso y Renault están llamados a una renovación de votos a lo largo de esta semana. Desde la escudería francesa se asegura que será hoy mismo. Lo que es evidente es que ni escudería ni piloto están dispuestos a demorar mucho más un acuerdo que parece cerrado en las últimas semanas. El tiempo apremia porque los cambios del 2009 exigen exprimir cada jornada al máximo.
Desde Japón, Honda ha llamado varias veces a la puerta del asturiano. «Lo recibiríamos con flores», han insistido. Pero la suculenta oferta monetaria le llegó acompañada de una última posición en el Mundial de constructores, lo que supondría otro «volver a empezar» del asturiano, más pendiente en las últimas semanas de los movimientos de Ferrari.
La escudería italiana ha utilizado a Alonso como un acicate para sus propios pilotos. Además de exigir a Raikkonen todo su compromiso para ayudar a Felipe Massa a conquistar el título, la dirección de Ferrari dejó una velada amenaza de que si la Scuderia no lograba el campeonato de equipos Alonso podría desembarcar en Maranello ya en el 2009, pese al rigor con que Ferrari cumple sus contratos. Cumplido el objetivo de consolación, ahora el presidente Luca Cordero di Montezemolo pide que no se hable más del fichaje del piloto español. «No quiero faltar el respeto a Alonso ni a ningún otro, pero nosotros tenemos ya una pareja de pilotos. La hemos confirmado y permanecerá como está el año próximo. Otras historias no existen y espero que no se hable más de ellas», afirmó ayer Montezemolo en una entrevista al diario italiano La Repubblica . «Equipo que gana, no cambia. Y nosotros hemos ganado», añadió.
Por lo tanto, a Fernando Alonso le queda otro invierno para intentar volcar todo su talento en el diseño del R29, del que se espera que alcance a las dos escuderías principales mucho antes que en las últimas carreras. La incorporación de novedades tan radicales (neumáticos lisos, limitación aerodinámica y sistema de reaprovechamiento de energía) debe ayudar a igualar las fuerzas.
La broma de Barrichello
Mientras la pretemporada se perfila, todavía llegan ecos del fin de fiesta celebrado en las discotecas de São Paulo. En una de ellas, el brasileño Rubens Barrichello llamó «maricón», en tono jocoso, al alemán Michael Schumacher durante una fiesta organizada por Ferrari. Según el rotativo Lance , Rubinho animó a los asistente a repetir rítmicamente, en tono de broma, la frase «Schumacher ¡maricón!». «Al inicio, el público en la fiesta reveló extrañeza frente a la broma, ya que Barrichello se reía de uno de los más grandes pilotos de la historia de la escudería italiana, la anfitriona de la noche. Pero no tardó mucho para que todos se sumaran», dice el periódico. Schumacher se encontraba ese fin de semana en una competición en Portugal.