Uruguay arrasa en el campeonato sudamericano sub- 20 que se celebra estos días en Venezuela. Y en el escaparate de la cantera mundial, Galicia pisa fuerte en las botas de Nicolás Lodeiro, del Nacional de Montevideo. A sus 19 años, el Guantecito es el segundo máximo anotador del torneo y líder de la selección revelación. Algunos le sacan cierto parecido físico con Messi. La familia Lodeiro reconoce hechuras del astro del Barcelona en su pequeño mediapunta. Pero ahora prefiere sacar lustre a su origen coruñés y al apodo con el que también destacaron en el fútbol su padre y su hermano: el Gallego.
Así también se conocía al viejo Florentino Lodeiro, que dejó su A Coruña natal en un barco y con unas pocas viandas hace ahora un siglo. Así llegó a la capital Montevideo, donde se enamoró de la italiana Inocencia Abbati, familiar lejana del portero del Milan, al que alcanzó el palo de una bandera arrojado desde el público en Riazor en el año 2000.
Cerrar un ciclo familiar
El fútbol y Galicia siempre estuvieron presentes en la familia Lodeiro. Alfonso, el padre de Nicolás, triunfaba en Paysandú y negociaba su pase al Alicante en 1975 cuando una lesión lo retiró. Su hijo Alfonso, que ya colgó las botas, sigue con pasión el campeonato en el que triunfa el benjamín de la familia. Y su hermano Fernando decidió viajar a A Coruña en 1997 en busca de los orígenes de la familia Lodeiro. Se queja de la poca atención que prestan en Uruguay a la pronunciación de su apellido, que porta con orgullo: «Siempre que hablan de Nicolás lo dicen mal, dicen cualquier cosa...». Con respecto a su sobrino, el astro del fútbol charrúa, reflexiona: «Cuando uno ve lo que hace con Nacional y con la selección piensa que si da el salto a Europa y vuelve a Galicia, se cerraría un ciclo en la familia».
Natalia, la hermana del joven, destaca el carácter introvertido del Guantecito. «Es muy casero, pero mejor, porque el entorno del fútbol a veces no es de fiar. Era muy buen estudiante. Cuando da el salto al Nacional todo el mundo intenta negociar una gran cantidad de dinero. Mis padres pusieron como única condición que el club le pagase a Nicolás los estudios en un colegio privado», explica satisfecha del currículo académico de su hermano pequeño.
El gerente deportivo del Nacional de Montevideo, Daniel Enríquez, confirma la brillantez de Nicolás: «Le sirve para leer mejor el fútbol y a fe que lo hace». «Llegó con doce años al club y siempre dio que hablar. Siempre supe que iba a triunfar. Fue siempre dos años por delante del resto de sus compañeros de equipo. Ahora, con 19, lleva ya una temporada jugando en Primera División a un altísimo nivel», explica.
El directivo recuerda cuando era entrenador sub-23 del club de Montevideo. «Lo hice debutar con 17 años. Y salimos campeones», recuerda antes de hacer un análisis sorprendente de las cualidades de Nicolás. «Es muy habilidoso, inteligente, coordinado. Juega al tenis, al voleibol, hace salto y baila... y todo lo hace a la perfección», describe. Sobre su futuro, anuncia: «Este no es de los que se estropeará con la noche o un buen contrato. Y en el campo, tiene una sexta velocidad. Se adaptaría rápido al ritmo del fútbol europeo. No es Riquelme».