El curioso caso de Jenson Button

DEPORTES

Hamilton, tercero tras la descalificación de Trulli, fue el mejor de los pilotos que mandaron en el 2008

19 may 2009 . Actualizado a las 21:52 h.

Era Jenson Button una promesa prematuramente marchita. Vencedor de una carrera y perdedor de mil batallas. Languidecía en Honda. Y parecía haber llegado su fin en la fórmula 1. El difusor ha regalado al inglés una inesperada segunda juventud. La pieza mágica y polémica que doma el aire bajo los coches de Brawn, Toyota y Williams y muerde a bocados los registros ha sido el origen del curioso caso de Jenson Button. Y de Rubens Barrichello. Un viaje desde la retirada y el desencanto hasta la gloria. Un milagro de Ross Brawn bajo la lupa de sus rivales. Hacía más de treinta años que un equipo no se estrenaba con un triunfo. Brawn tiene la primera victoria y la FIA la última palabra.

Australia. Las antípodas más que nunca. El mundo al revés. Con Button firmando por momentos un paseo militar. Con Barrichello de escudero del ganador. Con Vettel y Kubica embistiéndose y eliminándose en su lucha por el podio. Con unos Ferrari sufrientes y dolientes tras el abandono de Kimi Raikkonen y Felipe Massa. Con Lewis Hamilton accediendo al tercer puesto de rebote tras una sanción a Jarno Trulli por adelantar precisamente al campeón del mundo con bandera amarilla. Y con un Alonso que sorteó limitaciones propias y aprovechó errores ajenos para acabar quinto. Al final, mejor que Raikkonen y Massa. Pero peor de lo que esperaba y de lo que decían los test previos.

Una mala salida del asturiano

El asturiano pagó en la parrila sus tiempos de las series de calificación. Cedió posiciones en una salida accidentada. Fue víctima colateral del pulso entre Glock y Heidfeld. Barrichello pulsó el botón anticalado, dejó el coche en punto muerto y fue engullido por sus rivales. Button, en cambio, abrió brecha para marchar hacia la victoria.

Un trompo del japonés Nakajima apretó el acordeón. Salió el coche de seguridad. Después parecía que Vettel podría llegar a inquietar al líder. Pero el acordeón volvió a abrirse. Aire para Button.

Remontada del campeón

Por detrás, Hamilton, que partió desde el puesto 18, seguía devorando plazas en una gran remontada que culminó en los despachos, esa última parada de todo gran premio a la que acuden las escuderías para rebañar posiciones.

Alonso, lejos del podio, tuvo que afrontar su propia cruzada con el objetivo de arañar puntos. Rosberg, con sus neumáticos degradados, fue presa fácil del asturiano. Las circunstancias de la carrera hicieron el resto.

A tres vueltas para el final, el choque de Vettel y Kubica trajo de vuelta al coche de seguridad y Button desfiló hacia la línea de meta precedido por el automóvil plateado, como si formara parte de una comitiva. Un final tan extraño como la carrera. Como este arranque del Mundial en el que los últimos son los primeros.