En medio de la nieve de Whistler, de la lluvia en Vancouver y de manifestantes anti-todo, el suizo Simon Amman ganó la primera medalla de oro de los XXI Juegos Olímpicos de Invierno, que en su primera jornada repartió cinco títulos y tuvo algunas sorpresas.
Además de Ammann, también se bañaron en oro la eslovaca Anastasia Kuzmina; el surcoreano Lee Jung-Su en 1.500 metros masculinos del patinaje short-track; la estadounidense Hannah Kearney en el mogul del esquí acrobático; y el holandés Sven Kramer en los 5.000 metros del patinaje de velocidad.
Retrasos en las pruebas
Las inclemencias del tiempo en la subsede de Whistler han obligado a varios cambios en el programa, y retrasado el debut de los competidores en el descenso masculino de esquí alpino. Una espesa nevada, que según los meteorólogos locales dejó unos 50 milímetros de nieve, frustró también el descenso femenino en la subsede del Valle Callaghan. Los hombres pelearán por las medallas del descenso hoy.
Vuela Lee Jung-Su
En otra gran actuación de la jornada, el surcoreano de 20 años Lee Jung-Su dominó con claridad los 1.500 metros del patinaje short-track, para dejar las medallas de plata y bronce a los estadounidenses Apolo Anton Ohno y J.R. Celski. Lee confirmó su condición de líder mundial al darse el lujo de batir el récord olímpico en las semifinales, con una marca de 2:10.949. En la final por el título, el surcoreano detuvo el crono en 2:17.611, 365 milésimas de segundo menos que Ohno, mientras Celski marcó un tiempo de 2:18.053. Con esta medalla de plata, Ohno se convirtió en el patinador de pista corta que más medallas olímpicas ha ganado, con un total de cinco: dos oros, una plata y dos bronces.
Entre la alegría de los habitantes locales por disfrutar de los Juegos, destacó como lunar el intento de algunos manifestantes antiolímpicos por boicotear las pruebas. Alrededor de 200 anarquistas vestidos de negro provocaron incidentes en el centro de Vancouver, aunque fueron controlados por la policía, que arrestó al menos a dos de los más alborotadores.