Aferrado con uñas y dientes a su sexta plaza, el Dépor se queda sin argumentos para mantenerla. Las virtudes que le han llevado a Europa parecen ecos lejanos en esta segunda vuelta, donde ha sumado un punto de nueve. ¿Hay que preocuparse? ¿Es real la pobreza que demostró contra el Espanyol? ¿Por qué ha desaparecido aquel equipo rocoso y casi inexpugnable en defensa, que sacaba petróleo de sus acercamientos al área rival, donde cada acción de estrategia era jaleada como medio gol? ¿Los jugadores están cansados o la lesión de Filipe ha afectado tanto sobre el campo como en lo psicológico? «Tampoco hay que dramatizar -tranquilizó Juan Rodríguez tras el partido-. Llevamos tres jornadas en que no logramos la victoria, pero esto a lo largo de la Liga le puede pasar a cualquiera. Hoy (por ayer) solo jugamos un partido y creo que no es ni para preocuparse ni para dramatizar», insistió el multiusos deportivista, quien abundó que todo se solucionará con un triunfo contra el Xerez: «Seguro que si el sábado ganamos, todos vamos a volver a hablar de Europa».
Y es que ayer todos reconocieron la mala imagen. «No solo nos faltó pofundidad -reconoció Guardado-, sino muchas cosas más. Tenemos la semana por delante para ver los errores y trabajar para que no vuelvan a suceder. Fue un mal partido y hay que dejarlo ahí», añadió. En realidad, los coruñeses no ganan a domicilio desde el pasado 29 de noviembre en Santander, cuando derrotaron al Racing por 0-1. Desde entonces en Liga nada más que ha sido capaz de marcar un gol como visitante, al Almería, pero no lo hizo ni en Zaragoza, ni en Mallorca, ni en Málaga, ni ayer.
Una mala estadística que aumenta sus rivales por las plazas europeas. Los más próximos, el Athletic y el Getafe, ya se acercan a dos y tres puntos, respectivamente. Por detrás, el Villarreal, uno de los grandes candidatos, aprovechó el tropiezo deportivista para rebajar su diferencia a seis puntos. «No echo cuentas -rebate Dani Aranzubia-. Creo que hay que preocuparse cuando pierdes y no juegas bien. Aún tenemos todo en nuestra mano». A aprovecharlo.