El producto interior bruto alemán (PIB) creció un 0,7% en el tercer trimestre del año, con lo que confirmó la tendencia al alza iniciada entre abril y junio, cuando experimentó un incremento del 0,4%. Sin embargo, en la comparación interanual se percibe todavía con claridad el impacto de la crisis económica y financiera internacional sobre la coyuntura alemana: el balance arroja una contracción del 4,7%. Esa caída es menor que la registrada en el segundo trimestre cuando, con respecto al mismo período del 2008, el PIB había bajado un 7%.
Detrás de esta incipiente recuperación se encuentra el aumento de las inversiones, que en comparación con el trimestre precedente se incrementaron un 1,5%. En el capítulo de los bienes de equipo, la subida fue del 0,8%, cifra que adquiere una mayor dimensión si se tiene en cuenta que en los primeros tres meses del año la caída fue del 18,5%.