Los radicales respondieron ayer a la redada con actos violentos en el País Vasco y Navarra. También hubo varios intentos de manifestaciones ilegales en las capitales, que fueron abortadas por las fuerzas de seguridad.
En la localidad guipuzcoana de Lezo, un grupo de cuatro encapuchados destruyeron la oficina de Correos. Sobre las nueve de la mañana obligaron a salir al único empleado, rociaron las oficinas con líquido inflamable y prendieron fuego. En Pasajes, los radicales lanzaron cócteles molotov contra el despacho que acoge la tenencia de alcaldía y el juzgado de paz. Los daños materiales fueron escasos.
En la población vizcaína de Markina, un grupo de aberzales interceptó un autobús, obligó al chófer y a cuatro pasajeros a abandonarlo y lo roció con líquido inflamable, que también empapó al conductor. El hombre no sufrió heridas.