Hamilton, del ridículo a la gloria en un año

DEPORTES

20 oct 2008 . Actualizado a las 10:24 h.

Las victorias de Hamilton suelen llegar con carreras tediosas. Ayer Europa dio un bostezo colectivo por el madrugón dominical y por lo que emitía la señal televisiva que llegaba de Shanghái. Una semana después de provocar un atasco en la primera curva de Japón, Hamilton realizó una carrera magistral en China. Un año después de enterrarse en la puzolana, maniobró sin errores durante la penúltima hora y media de un mundial que morirá en Brasil dentro de dos semanas.

Hamilton es el favorito. Pero su talento no es precisamente de una regularidad fiable. Llegará a Interlagos defendiendo el liderato con siete puntos de ventaja sobre un Ferrari... vaya, como el año pasado, cuando perdió el título en favor de Raikkonen.

Ferrari lo apostó todo a los primeros metros. Se encomendó a los neumáticos blandos para adelantar al McLaren, pero éste mantuvo la pole sin sufrimiento. Después de la primera curva lo único que quedaba en el aire era la cuarta plaza, arrebatada por Kovalainen a Alonso. El asturiano no quería eternizarse tras el finlandés, del que intuía una carga mayor de combustible. Tras media vuelta pegado a su alerón trasero, el R28 devolvió a Heikki a la quinta posición y, de paso, le superó en la clasificación de pilotos gracias a un pinchazo posterior del McLaren que le dejó sin puntos. El dato es anecdótico pero seguro que Alonso le da un valor especial cuando piensa en su ex jefe Ron Dennis.

Un adelantamiento irreal

Además, el márketing de la carrera debe agradecerle al español el espectacular adelantamiento, porque fue el único real del día entre los monoplazas favoritos. Cierto, hubo otro pero irreal, el de Massa a Raikkonen a escasas vueltas del final, una acción con acuerdo previo para que Ferrari amortiguase el insultante dominio de Hamilton con el menor daño posible. Dos puntos y a pensar en Brasil, donde los compuestos de las gomas así como las características del circuito les serán bastante más favorables a los hombres de Stefano Domenicali.

Quien se cae de la candidatura al título es Robert Kubica. Los BMW fueron incapaces de seguir el ritmo de Alonso, que siempre rodó muy cerca de los Ferrari. Renault se consolida definitivamente como la cuarta escudería del año con veinte puntos más que Toyota.

A Alonso le quedan dos cosas por decir. La primera, en Brasil el 2 de noviembre donde puede decantar el título en favor de Massa. La segunda será dónde correrá en el 2009. Sea donde sea, debería adelantar trabajo en la recta final del año. Quizá si lo hubiese hecho en el 2007 el R28 habría espabilado con tiempo para luchar por el título.