Brawn y Button no dan tregua

DEPORTES

11 may 2009 . Actualizado a las 14:35 h.

La tregua europea fue un espejismo. Un deseo confesado de los grandes. Solo una teoría. Tradicionalmente, al llegar a Europa, el Mundial vuelve a repartir cartas. Pero Brawn es un rodillo sobre el asfalto que no conoce fronteras. En Montmeló firmó un doblete utilizando dos tácticas diferentes. Jenson Button ganó con dos paradas. Y Rubens Barrichello fue segundo con tres visitas a boxes. Red Bull completó el podio con Mark Webber y copó la cuarta plaza con Sebastian Vettel. El estratega del difusor y el mago de la aerodinámica, Ross Brawn y Adrian Newey, prolongan un pulso del que siguen excluidos Ferrari y McLaren, a pesar de todos los cambios introducidos en el Gran Premio de España. Como ya anticipaba Fernando Alonso, la diferencia entre los Brawn y el resto comienza a antojarse insalvable. El asturiano fue quinto con sudor y suerte. Pero el podio, de momento, es inalcanzable. Con Europa ha cambiado el paisaje pero no el campeonato.

El gran premio comenzó con un choque en cadena. En la salida Alonso dejó atrás a los Toyota, pasando del octavo al sexto puesto. La maniobra del bicampeón mundial produjo un efecto dominó. Se tocó con Rosberg cuando este intentaba defenderse de su ataque. El alemán arrojó a Trulli fuera de la pista y este volvió al trazado sin control, llevándose por delante a Adrian Sutil y provocando también la retirada de Sebastian Buemi y Bourdais. Los restos de la primera batalla cubrieron el asfalto y el coche de seguridad se adueñó de la carrera durante cinco vueltas.

Duelo con Webber

La prueba recomenzó con Barrichello y Button al frente, y con Felipe Massa como elemento exótico, insertado entre los Brawn y los Red Bull de Vettel y Webber. Alonso intentó romper la tiranía y, aprovechando que iba menos cargado, retó al australiano. Fue un intercambio de golpes fugaz y quijotesco que acabó sin cambio de posiciones. Demasiado para el R29.

En el baile de los repostajes fue Ross Brawn el que decidió marcar los pasos al replanificar su estrategia y llevar a Barrichello a las tres paradas. Todo hace indicar que Brawn, con una de sus jugadas maestras, quiso condenar a Barrichello al segundo puesto para servir en bandeja el triunfo a Button y apuntalar al inglés en el liderato. En todo caso, el movimiento fue más discreto que muchas de las concesiones del brasileño a Michael Schumacher en Ferrari.

En el último tramo de carrera, los Brawn avanzaban plácidamente rumbo a la victoria. Y Massa corría hacia su mejor resultado del 2009, la cuarta plaza. Pero el brasileño no cargó suficiente gasolina en su segundo repostaje. Tuvo que rebajar sus exigencias y su velocidad. Fue superado por Vettel y por Alonso, que lo adelantó en la última vuelta para regalarle un motivo de celebración al público de Montmeló, cuyas tropas azules resultaron mermadas por la doble crisis, la económica y la de Renault. Asistieron a la carrera unos cuarenta mil espectadores menos que el año pasado.

Raikkonen abandonó

Kimi Raikkonen, tras un arranque vertiginoso en el que mejoró seis puestos, acabó retirándose por problemas mecánicos. Muchos errores y poca fiabilidad. Ferrari sigue enfangado en este cóctel de Stefano Domenicali. Y McLaren tampoco reacciona. Kovalainen se retiró y Lewis Hamilton finalizó la prueba en la novena plaza, sin derecho a un mísero punto. Porque los nuevos amplían sus conquistas a la vieja Europa.