Un paseo de lujo por Montecarlo

DEPORTES

Raikkonen subió al podio por primera vez en este Mundial y Alonso acabó en la séptima posición

25 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La cenicienta del Mundial también se paseó por Montecarlo. Brawn se permitió otro lujo. Un doblete en el Gran Premio de Mónaco, el gran escaparate de la fórmula 1. Jenson Button conquistó su quinta victoria y avanza hacia el título casi plácidamente. No hay rival. Porque la segunda plaza fue para su escudero, Rubens Barrichello. Y porque Ferrari, que asomó el morro con el primer podio gracias al tercer puesto de Kimi Raikkonen, está a un abismo de puntos. Si Button no gana el campeonato sería una sorpresa de dimensiones directamente proporcionales a las de su victoria en Australia.

El Mundial 2009 es un organismo vivo en el que todo cambia menos un puñado de elementos inmutables. Brawn, inalcanzable en la cima, tan fiable como veloz. Force India, relegado al cero, aunque esta vez Fisichella rozó el punto. Lewis Hamilton fue doblado por Button cuando ni siquiera habían alcanzado el ecuador de la carrera. Y Fernando Alonso, condenado a aguardar algún descalabro ajeno para pescar algún punto. Esta vez se benefició de los abandonos de Vettel y Kovalainen para avanzar dos posiciones con respecto a la parrilla y finalizar séptimo. Vettel comenzó desde el cuarto puesto, pero le traicionaron sus neumáticos. Blandos, degradados ya en las primeras vueltas. Primero hizo de tapón, desesperando a Massa y permitiendo que la carrera se partiera en dos definitivamente: los Brawne y Raikkonen y el resto. Después se salió de la pista. Fue el temprano adiós al piloto que se presentaba como la única alternativa al reinado de Brawn.

Ferrari intentó asumir el papel que había jugado Red Bull en otras carreras. Para la escudería de Domenicali, el brote verde en tiempos de crisis llegó en Mónaco. Resucitó gracias a sus registros y a pesar del comienzo. Raikkonen volvió a caer en su sopor intermitente y fue superado en la salida por Barrichello. Fue la única maniobra productiva en un arranque tan limpio como insulso, un prólogo que alumbró una carrera descafeinada en Mónaco, en el reino del imprevisto. La salida fue la sentencia del podio: Button, Barrichello y Raikkonen. El orden no fue alterado ni por los boxes ni por las caricias de los guardarraíles. En Montecarlo, Brawn fue la banca.