Desencantado por los dos años vividos en su última etapa en Renault, Fernando Alonso ya puede ilusionarse de nuevo pensando en Ferrari. Nada más bajarse ayer por última vez del monoplaza francés, Alonso quiso mandar a sus fans un mensaje de «paciencia» y «tranquilidad» de cara al año 2010, en el que pasará a la escudería italiana. «Pido paciencia de aquí a marzo, cuando empiece la temporada. A saber lo que se dirá: ''Que vamos a ganar, que vamos a doblar al segundo...''. Hay que tener mucha tranquilidad, va a ser un campeonato muy igualado», indicó.
El asturiano cree que «McLaren, Brawn GP y Red Bull van a ser equipos fuertes, pero Ferrari estará en la pelea», dijo Alonso, que todavía no sabe cuándo podrá vestirse el mono rojo.
Hasta que se suba a un bólido, en febrero, su labor será estar al tanto del desarrollo del nuevo monoplaza en el que Ferrari lleva trabajando varios meses tras la mala temporada 2009, que se cerró ayer en Abu Dabi.
Tras las vacaciones, el español se involucrará a pleno en las oficinas y talleres de Maranello, que se encuentran a dos horas de su casa de Suiza. «Hasta febrero mi aportación a la escudería y mis esfuerzos serán limitados. Trataré de entender cómo funciona el equipo y preparar los test de invierno de una manera adecuada, pero será difícil sin estar detrás del volante», señaló el español.
Con Marc Gené
Conocer el engranaje de la escudería más histórica será el primer objetivo de Alonso, para lo que contará con la ayuda de su compatriota Marc Gené, piloto probador, y de su nuevo compañero, el brasileño Felipe Massa. Su fluido nivel de italiano le ayudará en la integración a un equipo del que Michael Schumacher, heptacampeón del mundo, se aleja para ser asesor de la línea de coches de calle.
La ilusión se desató con su fichaje tanto en España como en Italia tras un mal año para el piloto y su nueva escudería. Pero Alonso pide mesura.
«Hasta la primera carrera, no sabremos lo que habrá, pero estoy contento de que mi futuro equipo dejara de evolucionar el coche para pensar en 2010. Estoy seguro de que será beneficioso», señaló el bicampeón.
Con el nuevo Ferrari quiere redescubrir la sensación de ser protagonista. Difícilmente repetirá frases como la que dejó el pasado sábado tras la sesión de clasificación. «Tenemos el peor coche de la parrilla», dijo con amargura sobre querido pero lento R29, que poco tiene que ver con aquellos R25 y R26 con los que fue campeón en el 2005 y el 2006 junto a Flavio Briatore.
Se espera que en el futuro deje a un lado ese perfil estoico y resignado que paseó por el paddock durante el 2009, temporada en la que Alonso parecía que estuviera simplemente a la espera de que acabara el campeonato. «Es muy emotivo despedirse del equipo en el que he estado 7 años, pero también estoy ilusionado por la nueva temporada», señaló con una mezcla de sentimientos por el adiós de Renault y la llegada a un nuevo y gran proyecto ansiado por ambas partes.