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Conjunción astral en territorio Ferrari

Mariluz Ferreiro REDACCIÓN/LA VOZ.

DEPORTES

Alonso gana en Monza tras perder su posición con Button en la salida y recuperarla en boxes, y Hamilton no puntúa al retirarse en la primera vuelta

13 sep 2010 . Actualizado a las 12:12 h.

Era un match ball . Fernando Alonso necesitaba un milagro. Y ocurrió en Monza. En la tierra prometida de Ferrari. En el corazón rojo del Mundial. Allí se produjo la conjunción astral que el asturiano necesitaba para mantener viva su lucha por el título. Venció, para deleite de los tifossi de la escudería italiana. Y el hombre que llegó como líder a este gran premio, Lewis Hamilton, se retiró en la primera vuelta después de un toque con Massa que dejó su McLaren k.o. Otra vez bailó la cabeza de la clasificación. Regresó a la cima Mark Webber, que ayer finalizó sexto. Pero ese vaivén ya no es nuevo. La noticia reside en la resurrección de Alonso, situado ahora en la tercera plaza y a menos de una carrera del australiano.

El podio de Monza fue un calco de las primeras posiciones de la parrilla, con Alonso en la cima acompañado de Button, en la segunda plaza, y de Massa, tercero. Pero el arranque no siguió ese guión. En la salida el británico le ganó la partida al español. Y comenzaron las refriegas. Hubo un toque entre los coches de Alonso y Button y entre los dos Ferraris. Aunque el golpe mortal fue el de Massa a Hamilton. El inglés no pudo continuar, su suspensión delantera derecha quedó destrozada. El líder se despidió a las primeras de cambio por cometer un error, según reconocía el propio piloto, y convertía el triunfo del Gran Premio de Italia en un botín todavía más suculento. Y por ello lucharon Alonso y Button. El piloto de McLaren aguantó en la pista sin mostrar brechas. El vigente campeón resistió ante un Ferrari que había demostrado su potencial en los entrenamientos y ante un Alonso que quería demostrar que su optimismo después del fiasco en Bélgica no era solo una impostura para contener la desesperación en su escudería.

Victoria en los boxes

La batalla se decidió en los boxes. Primero los visitó Button, en la vuelta 37. Y Alonso se detuvo en el siguiente giro. Parecía que no había completado esa vuelta vertiginosa necesaria para superar a su rival. Pero los mecánicos de Ferrari fueron los que comprimieron el tiempo y arañaron ocho décimas a McLaren. Alonso regresó a la pista casi en paralelo a Button. Apuró hasta el límite en su incorporación y recuperó el liderato del gran premio. La grada roja latió. Alonso avanzó hacia el triunfo.

Mientras, por detrás Vettel y Webber jugaron al despiste. Primero el alemán exclamó, literalmente que su motor se estaba muriendo, antes de ser adelantado por el australiano en una recta. Después, ese mismo coche agónico conservó sus neumáticos enteros hasta la última vuelta para realizar su parada obligatoria y tener suficiente margen para mantener la cuarta posición por delante de su compañero de Red Bull.

Tercer triunfo

Alonso se va de Italia con su tercera victoria del año. Pero es el primer triunfo sin ningún pero. Porque en el primero, logrado en el arranque de la temporada, Vettel abandonó por un problema mecánico cuando lideraba la carrera. Y el segundo se vio empañado por las descaradas órdenes de equipo de Ferrari, que invitaron a que Massa cediera al asturiano su primer puesto, una maniobra que el brasileño realizó de forma tan evidente que el equipo fue penalizado económicamente y perdonado deportivamente.

El bicampeón sonreía después de otorgarle por fin a Ferrari una victoria con todas las letras. Y quedan cinco carreras en el Mundial. Lo que antes se antojaba como una angustiosa cuenta atrás se ha convertido en una sucesión de oportunidades. La próxima cita será en Singapur, el 26 de septiembre. Tras varios encontronazos con el infortunio puede que los astros vuelvan a sonreír a Alonso.