Touriño airea su admiración por Cristina Kirchner y toma nota de sus «ganas» por peregrinar a Santiago

GALICIA
De ella dijo Hugo Chávez: «Tiene buena energía, es una mujer mágica». Touriño optó por contener más los adjetivos al describir el encuentro que mantuvo con la primera dama de Argentina y candidata a la presidencia, Cristina Fernández de Kirchner, una estilosa senadora que acapara portadas de moda y alborota la escena política del país. El presidente de la Xunta definió como «cálido» el diálogo de casi una hora con CFK, como la llaman algunos medios locales a modo de guiño al más famoso de los Kennedy, y tomó nota de sus «ganas» por hacer el Camiño de Santiago.
Pero la visita a la residencia de los Kirchner no fue un paseo de rosas para el presidente gallego. Visitante y anfitriona sucumbieron a los atascos porteños y cuando Touriño lograba arribar a la Quinta de Olivos, el pasado viernes por la noche, Cristina todavía intentaba escabullirse de un mitin ante 20.000 personas en la periferia de Buenos Aires, donde la invistieron con una banderola presidencial con el lema «lealtad y trabajo» que ella lucía como si fuera una miss. Casi una hora tuvo que aguardar Touriño, que quedó además con el sinsabor de no poder saludar a su esposo, Néstor Kirchner.
Interesada por Érguete
El repaso a la actualidad política y el interés de la senadora por la lucha social que libraron Galicia y asociaciones como Érguete contra el narcotráfico fueron los asuntos que marcaron la reunión, en la que la primera dama también se interesó por «conocer» las peregrinaciones a Santiago. Touriño le tomó la palabra y avanzó que cursará la invitación tras los comicios del próximo día 28.
El presidente gallego cerró con esta reunión una de las citas más buscadas en su viaje, dejando entrever su admiración por los Kirchner e impregnándose del halo glamuroso que rodea a la que, antes de un mes, puede convertirse en la mujer más poderosa de América Latina, por mucho que sus caricaturistas la muestren agarrada como loca a un bolso de Louis Vuitton. Para analistas como Sergio Moreno u Olga Wornat, Cristina es una mezcla de Hillary Clinton y Evita, quizás con el añadido de que -como ella reconoció- tiene eso de que «desde los 15 años me pinto como una puerta».