Las casas de Galicia de Llodio y Santurce acaban de cumplir cuarenta años
02 feb 2010 . Actualizado a las 12:54 h.Las fechas navideñas llevan de vuelta a casa a hombres y mujeres que hace un tiempo tuvieron que dejar su tierra para buscar trabajo en otros parajes, lejos del lugar de nacimiento. En Vizcaya, en cambio, hay gallegos para los que la historia dio un giro hace ya cuarenta años. El año que se acaba de despedir ha servido para que esas gentes volvieran a reunirse y celebrar su estancia en tierras vascas en dos de las casas de Galicia más conocidas: son las situadas en Llodio (Álava) y en Santurce (Vizcaya).
En 1969, mientras el hombre llegaba a la Luna y los personajes de Barrio Sésamo daban sus primeros pasos en la televisión, en Llodio y Santurce los gallegos que dejaron su tierra para buscar un futuro mejor en el País Vasco constituían dos de las más importantes casas de Galicia de la zona. El trabajo en la industria emplazada a orillas de la ría del Nervión y en las faldas del monte Gorbea hacía de aquellos años una época difícil para buscarse el pan.
Los obreros, un gran número de ellos provenientes de otras regiones de España, trabajaban durante largas jornadas que comenzaban a las ocho de la mañana y terminaban, en ocasiones, a las doce de la noche. Buscar trabajo era fácil: los gallegos que ahora viven su jubilación en tierras vascas aseguran que, en aquellos años, no importaba que a uno le echasen de su puesto.
Trabajo en otra empresa
En cuanto salía por la puerta, encontraba trabajo en la empresa de enfrente. Asimismo, estos emigrantes se dieron a conocer gracias a su ardua labor diaria y su continuo esfuerzo. Los sueldos, en cambio, hacían que muchos de ellos tuvieran que vivir en casetas hechas con sus propias manos en tierra de nadie.
Esta situación de precariedad en la que se encontraban aquellos obreros hizo que lo que ahora podría verse con un tinte de morriña, las casas de Galicia como centro cultural, en verdad en aquellos tiempos sirviese a muchos gallegos para salir adelante. Los cuarenta años que estas dos asociaciones, la de Llodio y la de Santurce, celebran en estas fechas sirven para rememorar las vivencias de otras épocas, pero también sirven para traer al presente el espíritu fundacional de estas asociaciones.
Respaldo
Aquellos emigrantes que habían partido desde tierras de la provincia como las de Outeiro de Rei, Rábade, Sarria, Mondoñedo o Lugo, necesitaban obtener un respaldo con el que sobrevivir en caso de caer enfermos o de fallecimiento. Las mujeres de algunos de estos obreros eran también gallegas y, ante las condiciones que se daban en aquellos tiempos, uno de los mayores temores era que el hombre falleciese. Esto impediría que siguiese entrando dinero en casa.
La creación de las casas de Galicia intentó erradicar estos temores. Un ejemplo de ello es que la más antigua de la zona y segunda con más años del mundo -la de Baracaldo, que acumula ya 108 años de historia en la actualidad- construyó edificios en la localidad para sus socios con las aportaciones que éstos hicieron y el dinero que pudieron obtener de las instituciones de aquella época.
Con esos inmuebles se quería evitar que los gallegos emigrados siguiesen viviendo bajo los cobertizos y en las casetas que habían tenido que construir ellos mismos.