Un policía local denunció que le presionaron para multar a otro que desveló irregularidades
LEMOS
Un mando de la Policía Local lucense supuestamente presionó a uno de sus subordinados para que multase el coche del agente que hace unas semanas reveló a la jueza que sanciones impuestas a vehículos atribuidos a jefes del cuerpo no llegaron a pagarse y que, además, denunció al responsable de la sección de tráfico por acoso y persecución. La situación fue puesta en conocimiento de la jueza que se encarga de investigar el caso de las multas que dejaron de cobrarse en la capital lucense de manera supuestamente irregular. El agente afectado por esta nueva situación dentro de la guardia municipal es representante del sindicato CSIF. Ayer fue citado al juzgado para ratificarse en la denuncia que presentó en su momento por el supuesto acoso. Hace unas semanas el representante sindical declaró, junto con varios compañeros más, ante la jueza Estela San José, en el marco de las diligencias abiertas por el caso de las multas. En el transcurso de su intervención desveló más supuestas ilegalidades dentro del seno de la organización policial. Según dijo, los vehículos atribuidos al director general y al responsable de la unidad de coordinación fueron sancionados en su momento, sin embargo las multas supuestamente no llegaron a ser pagadas porque fueron notificadas al día siguiente de transcurridos tres meses, que es cuando caducan las infracciones de carácter leve. El agente, según algunas fuentes, supuestamente presentó diversa documentación que avalaba su revelación. Este mismo policía, que ahora comunicó a la jueza que se siente presionado y perseguido, también denunció que comprobó como, en su momento, el responsable de la agrupación de tráfico de la Policía Local le estaba haciendo fotos cuando recogía a su hijo en el colegio y subía a su vehículo. Precisamente por esta denuncia fue llamado ayer a sede judicial para proceder a su ratificación. Según informaron diversas fuentes, la jueza supuestamente apreciaría indicios de delito. Las mismas versiones apuntan a que el agente del sindicado CSIF, no solo ratificó la denuncia por sentirse acosado y perseguido sino que le comunicó que, como consecuencia de su interés en poner al descubierto presuntas ilegalidades, temía que le fuese abierto un expediente disciplinario que le podría acarrear problemas en su puesto de trabajo. Más acoso Según algunas fuentes, el agente no solo explicó que la presunta persecución y acoso de que sería objeto se ceñía al caso de las fotos sino que incluso tenía constancia de que un compañero suyo fue presuntamente presionado por uno de los mandos para que le multase su coche cuando hace unas semanas acudió al juzgado para presentar una documentación que le habían reclamado judicialmente. Al parecer, en esos momentos algún mando supuestamente ordenó a un agente que le pusiese una multa al coche del agente, pero parece que éste llegó a tiempo y pudo retirar el vehículo del sitio en el que estaba aparcado temporalmente. El guardia al que presuntamente le ordenaron la imposición de la sanción tomó la matrícula cuando ya el vehículo abandonaba el lugar y, al parecer, formuló la denuncia, pero la numeración de la matrícula está bailada en la denuncia. Todo apunta a que en sede policial se preocuparon por seguir de cerca esta sanción y, al comprobar que tenía un fallo de matrícula, supuestamente llamaron al guardia que la impuso para que, presuntamente, volviera a cubrir el boletín y la multa fuera con todas las garantías, es decir con la matrícula correcta del coche del agente. El policía de servicio parece que no aceptó tal presión y, al parecer, también puso los hechos en conocimiento del juzgado. El representante sindical parece que le expuso a la jueza que los hechos ya relatados le hacían sentirse perseguido por parte de sus mandos y que éstos podrían emprender incluso más acciones contra él como, por ejemplo, la apertura de expedientes disciplinarios por vía interna en la policía.