El jefe del Ejército colombiano dimite a causa del escándalo de los asesinatos de jóvenes civiles
INTERNACIONAL
El comandante del Ejército colombiano, Mario Montoya, anunció ayer repentinamente su dimisión en una improvisada rueda de prensa donde no especificó las razones, pero aseguró que se va con el convencimiento de que sus hombres han actuado correctamente.
Montoya ha sentido la presión de la oposición colombiana y de sectores de la opinión pública desde que a principios de septiembre se destapó el escándalo de las desapariciones de civiles en diversas zonas del país que luego aparecían a varios kilómetros de sus lugares de residencia y eran presentados por el Ejército como miembros de grupos armados muertos en combate.
Todavía no se conoce la magnitud real del fenómeno y las investigaciones de la Fiscalía están empezando, pero ya hay organizaciones que hablan de dos mil víctimas de la práctica que en Colombia se conoce como falso positivo, es decir, bajas que las Fuerzas armadas presentan como operaciones con éxito cuando en realidad son un montaje.
Los falsos positivos han crecido notablemente durante el Gobierno de Álvaro Uribe, pues, según la opinión de algunos expertos, es demasiada la presión que el mandatario ejerce sobre las Fuerzas Armadas para que entreguen resultados constantes, de los que en muchas ocasiones dependen ascensos y permisos.
El presidente destituyó la semana pasada a 27 miembros del Ejército, entre ellos tres generales. Desde entonces, la oposición y sectores de la opinión pública se preguntan hasta dónde debe llegar la purga de responsabilidades.
Ayer, el propio ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, estaba rindiendo cuentas ante el Congreso, pues los opositores Partido Liberal y Polo Democrático pedían su cabeza, aunque quedó claro que por ahora no tiene ninguna intención de renunciar. Al parecer, las responsabilidades no llegarán más allá.
El que fue el general más aclamado de la historia de Colombia por el éxito de la operación que liberó a Ingrid Betancourt y a otros 14 rehenes de las FARC, decidió irse con honores antes de que lo echaran.