Los croatas eligieron ayer por un amplio margen al opositor socialdemócrata Ivo Josipovic como su tercer presidente desde la independencia en 1991, con lo que apuestan claramente por la senda europea y el fortalecimiento del Estado de derecho. Con su brillante carrera de jurista y músico como aval, así como un pasado inmaculado de escándalos por corrupción, a diferencia de los demás candidatos, y un programa claramente pro europeo y contra la corrupción, Josipovic ha logrado ganarse la confianza de los electores, a pesar de su poco carisma.
La derrota de Milan Bandic, un ex socialdemócrata que en esta campaña besaba cruces y apoyaba a criminales de guerra para atraerse el apoyo de la derecha, no pudo evitarse incluso con el respaldo indirecto, pero claro, que le dio la Iglesia católica. Un gesto importante en un país predominantemente católico, en el que alguien como Josipovic, que se declara abiertamente agnóstico, es una rara excepción.
Con 5.000 del total de 6.800 colegios electorales ya escrutados, Josipovic logró el 61,2% de los votos, mientras que Bandic obtuvo el 38,8% , según los primeros resultados.
Mirando Mrsic, jefe del equipo electoral de Josipovic, comentó que el buen resultado muestra que «estas elecciones fueron en cierto modo un referendo en el que se elegía entre una Croacia europea y moderna y una Croacia diferente, que no queremos recordar».
Josipovic ha prometido combatir la corrupción, problema crucial de este país que entrará en la UE en el 2012.