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Raúl Quijano: «Ser hermanos nos ha favorecido, hemos crecido en sintonía»

Elena Carrera REDACCIÓN

AL SOL

Cedida

El grupo leonés aterriza en Galicia con dos conciertos programados en las ciudades de Pontevedra y A Estrada

12 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde los legendarios hermanos Gallagher en Oasis hasta los no menos icónicos Estopa, pasando por las Salazar en Azúcar Moreno, Nacho y José María en Mecano o todos los miembros de The Corrs. Trabajar con la familia suele verse con respeto y algo de miedo excepto si se trata de hacer música, donde parece ser una fórmula de éxito.

Café Quijano, formado por los tres hermanos de la familia que le da nombre al grupo, es otra muestra de ello. En activo desde principios de los noventa, parece que esconden la fórmula de la eterna juventud, y que no tienen ninguna intención de retirarse en un futuro cercano. Raúl, el cantante de la agrupación, y el resto de sus hermanos, están listos para arrasar en esta gira veraniega en la que están inmersos. En Galicia se podrá disfrutar de su directo en el festival Solpores do Lagoeiro y en las fiestas pontevedresas de la Peregrina.

—¿Cuál es su secreto para continuar en el mundo de la música?

—Diría que lo más importante de todo es el trabajo, siempre de una forma coherente, que tenga sentido y que sorprenda un poco al público. Con la cantidad de oferta que existe hoy en día es difícil ser novedoso, requiere dedicar horas de trabajo, tratar de reinventarse y sorprender.

—¿Qué opina del panorama musical actual?

—Estamos en un momento en el que predomina la música urbana, y el ritmo juega un papel muy importante. De entre todos los elementos básicos de la música, el ritmo se ha revalorizado especialmente con respecto a otras épocas. Pero más allá de ahí, que viene muy dado por los géneros que más se escuchan hoy en día, en el resto de los aspectos la música en realidad se asemeja mucho a la que podía encontrarse en otras épocas.

—Una pregunta obligatoria: ¿cómo ha sido adaptarse al covid?

—Pues... Creo que como en todos los ámbitos y en todas las profesiones: difícil. Quizás nosotros, en el mundo de la música, tenemos un hándicap añadido al necesitar de la congregación de público en el mismo espacio, sea abierto o cerrado. A día de hoy, que la gente se junte no es lo más indicado, pero es necesario en nuestro mundo. Sobre el hecho de estar sentados o de pie, no nos ha supuesto gran problema porque llevamos ya mucho tiempo pensando nuestros shows con público en sillas, y por eso no es algo a lo que nos tengamos que acostumbrar de nuevas. Pero sí es cierto que el mundo de la música se ha visto más desfavorecido de lo normal. Aún así, lo importante es la salud.

—¿Qué es lo mejor de compartir grupo entre hermanos?

—Los lazos de sangre de este tipo habitualmente son muy fuertes, y aunque haya momentos buenos, malos y regulares, en momentos de adversidad sí que cambia la respuesta al estar la familia de por medio. Sin ninguna duda, que seamos hermanos nos ha favorecido en lo profesional. Que hayamos podido unir nuestra vida profesional con la familiar nos ha permitido crecer de manera acompañada y similar, aunque cada uno a su forma.

—¿Qué nuevos proyectos tenéis en mente?

—Ahora mismo estamos intercalando los conciertos que nos quedan con la grabación del nuevo disco, que pretendemos terminar el mes que viene. Nuestra intención es sacar nuevas canciones a finales de año, también de cara a la gira del año que viene, con la que arrancamos en enero.

«Guardo buenos recuerdos de cada etapa de nuestra carrera, no sabría elegir uno»

Si hay una pregunta difícil de responder para Raúl Quijano, esa es la de cuál es el mejor momento de su carrera. «Depende del punto de vista desde el que se analice», reconoce. «Si nos fijamos en asentamiento y en presencia, sería ahora. Con el paso de los años ves las cosas de una forma más objetiva o clara».

Más que un lastre para los tres hermanos, los años en el sector han sido una ayuda para seguir creciendo y evolucionando, tanto musical como personalmente. «Creemos que es un momento en el que la parte de creación y de ejecución está más asentada. Antes íbamos de un lado para otro un poco por inercia, e incluso a veces el cuerpo nos iba por delante de la mente, no acabábamos de asimilar el movimiento al que nos sometíamos», relata, sobre la época de los noventa y sus años de arrollador éxito con discos como La extraordinaria paradoja del sonido Quijano o La taberna del Buda.

«Juntando la parte artística con la personal, tengo claro que en esta nos sentimos más completos, más ‘‘artistas’’», reconoce. «Pero cada momento ha tenido sus cosas especiales, y no sabría dar una respuesta rotunda sobre cuál prefiero».

Aunque pueda parecer que el trío Quijano vivió su momento de gloria con la llegada del siglo, son artistas con gran recorrido todavía por explorar. «Quizás en esa época estábamos con muchos más mercados abiertos, pero no tenía la consistencia que tenía ahora. Durante esta última década es probable que lleguemos a menos personas, pero es un público más estable».