Desde cuestionar su acento a acusarla de machista, pasando por considerarla un producto vacío de contenido y rebajar sus conquistas internacionales. El éxito de la artista que actuará en A Coruña el viernes 29 genera también un gran rechazo
28 jul 2022 . Actualizado a las 08:38 h.El 30 de mayo del 2018 arrancó una nueva era en el pop nacional. Rosalía, una artista que había enamorado a la crítica con su visión del flamenco junto a Raül Refree en el disco Los Ángeles (2017), lanzaba el sencillo Malamente. Aquella canción —y aquel videoclip donde florecía una estrella deslumbrante entre camiones, capotes y cruces religiosas— enamoró a miles de personas. Sin embargo, como suele ocurrir en propuestas tan personales y exitosas, provocó una corriente de rechazo que con el tiempo ha ido aumentando en paralelo al crecimiento de la artista. En las últimas semanas ha alcanzado su punto máximo con la gira de Motomami (2022). Es la que se podrá ver en Galicia mañana (A Coruña, Coliseum, 21.30 horas, entradas agotadas), donde usa música grabada y plantea un espectáculo minimalista que bebe de la estética del TikTok. Pero mucho antes de eso hubo otros reproches, algunos convertidos en polémicas totalmente impensables en otros artistas. Su intensidad y constancia hablan a las claras de la importancia de Rosalía en la actualidad.
«Solo son dos temas». Tras Malamente se editó Pienso en tu mirá. Se montó tal revuelo que muchos dijeron que la artista apenas tenía dos canciones y que se trataba de una moda pasajera. En aquel verano, sin el disco editado, vino a Santiago. Desbordó totalmente las previsiones.
Apropiación cultural. Una de las primeras polémicas en las que se vio envuelta Rosalía fue la de usar elementos de la cultura gitana sin serlo. Artistas como La Mala Rodríguez le dieron la razón a las críticas, diciendo que lo suyo era algo impostado.
El «autotune». El procesador de audio es uno de los signos de identidad del trap. Los detractores del género suelen apelar a él, para argumentar que se trata de artistas que no saben cantar. Rosalía, que incorporó elementos traperos a su discurso, también lo emplea en ocasiones.
El reguetón. Si El mal querer (2018) dejaba claro que lo de Rosalía iba más allá de un fenómeno de temporada, en sus singles posteriores pronto apareció uno de los particulares demonios de la exquisitez musical: el reguetón. Su Con altura junto a J Balvin arrasó en el verano del 2019 pero sirvió para acusarla de arrimarse a tan denostado género buscando una jugada comercial.
Pronunciación. En Con altura brotó una nueva queja: el fingimiento de un acento latino que no tiene. Todo para supuestamente colarse en el mercado sudamericano. Se le reprochó lo mismo con el flamenco.
Ausencia de gira. El mal querer no tuvo una gira al uso. Rosalía dio conciertos aislados y participó en muchos festivales. Las malas lenguas decían entonces que no se veía capaz de llenar grandes recintos. La realidad es que podía llenar estadios.
«Todo es márketing». Sony, no ha escatimado recursos por llevarla a lo más alto. Eso ha provocado que se lanzase la idea de que se trata de un producto vacío. Es decir, según este planteamiento, cualquier artista español con los mismos medios podría haber llegado a donde llegó ella.
Política. En noviembre del 2019 Rosalía escribió en su Twitter: «Fuck Vox». La formación y sus simpatizantes reaccionaron contra ella. Surgió el mantra: «Los artistas no deben meterse en política». Pero también hubo objeciones a la simpleza de ese gesto, pidiendo más implicación a una artista tachada de frívola.
Grammy. Cuando triunfó en los Grammy latinos 2019 se menospreció el logro. No eran los Grammy «de verdad». Al año siguiente actuó en la gala americana y logró un gramófono de los dos a los que estaba nominada.
Relativizar su éxito internacional. Otro curioso movimiento entre algunos especialistas consistió en rebajar el éxito de Rosalía, sugiriendo una presencia anecdótica en el mundo anglosajón. En el 2019 lucía en los luminosos de Times Square y triunfaba en Coachella y Glastonbury. Hacía colaboraciones con James Blake y Pharrel Williams y era favorita de figuras como Halle Berry y Dua Lipa. Cuando grabó un dueto con Billie Eillish quedaba clara su posición. Es la gran estrella pop española del siglo XXI. Para encontrar algo que la supere hay que acudir a Julio Iglesias.
«La fama». El adelanto de Motomami también vino envuelto de polémica. Se trata de una bachata en la onda de Romeo Santos que interpreta junto a The Weeknd, artista canadiense. Se le reprochó no haber acudido a alguno de los grandes del género.
«Motomami». Aunque la explosividad artística del disco recibió excelentes críticas, lo cierto es que muchos de sus temas (Saoko, Chicken Teriyaki, Bizcochito, Abcdefeg...) fueron pasto del sarcasmo. Algunas letras mezclan idiomas y jerga. Se expusieron como ridículas o producto de un lenguaje sinsentido. Aún hoy ese es uno de los dardos favoritos de sus detractores.
Machismo. El tema Hentai dice: «Siempre me pone por delante de esa puta». La acusaron de machista en las redes sociales. Igualmente, se la ha reprochado ser una falsa feminista al recurrir solo a hombres en sus directos.
La gira actual. Rosalía no se acompaña de músicos en el escenario. Unos la acusan de llevar la música grabada. Otros directamente de hacer playback. Y los hay que consideran que esta gira marca un punto de inflexión sobre lo que se puede llamar concierto y lo que no. También está siendo muy criticada la omnipresencia de las cámaras.