Santi Balmes, cantante de Love of Lesbian: «En serio. ¿Planes? Un sueño sería huir de lo previsible»
AL SOL
El grupo sonará esta noche en Castrelos para presentar su último disco de estudio, Viaje Épico Hacia la Nada
29 jul 2022 . Actualizado a las 10:54 h.El compositor, escritor y cantante Santi Balmes lleva esta noche el hechizo de Love of Lesbian al auditorio de Castrelos, en Vigo. La banda presenta su último disco de estudio, Viaje Épico Hacia la Nada (V.E.H.N.), un proyecto que, desde la sencillez, desgrana esos rincones oscuros que de manera ineludible acaban desembocando en patios de luz. Balmes responde por escrito a las preguntas de La Voz.
—Como es habitual en su música las letras del último disco pueden ser interpretadas en función del momento vital de cada oyente. ¿Cuáles fueron las cuestiones que se acabaron colando en estas?
—El suicidio de un amigo de juventud es un punto de inicio, pero las siguientes canciones, como si fuera un viaje, van avanzando hacia terrenos mucho más esperanzados. Desde dar pasos hacia adelante, a dejarte llevar por el instinto, al deseo sexual, al surrealismo, como la vida misma, que pasa por diversas fases.
—En V.E.H.N. se habla de los pensamientos que se encierran en nuestra cabeza y parecen no querer salir .¿Cómo huye de esa cárcel Santi Balmes?
—Supongo que no hay un truco definitivo. Aunque cualquier tipo de desahogo artístico pone las cosas en su sitio. Abogo por ese tipo de acciones, donde conviertes una emoción, no en algo corrompido, sino en un dibujo, relato, canción. Es provechoso, terapéutico, incluso a veces puedes ganarte la vida con esa transformación.
—Como grupo han conseguido grandes éxitos hasta la fecha, como nominaciones a los Grammy o su gira por EE.UU. ¿Algún sueño todavía por cumplir?
—En serio. ¿Planes? Imagino que un sueño de la banda sería huir de lo previsible. Con esto me refiero a, por ejemplo, el ciclo eterno disco-gira, disco-gira.
—¿En Vigo consiguieron llenar en el 2008 la Fábrica de Chocolate. ¿Alguna otra experiencia que les haya marcado en la ciudad?
—Vigo es uno de los primeros lugares donde notamos que la banda era real. Encima, es el momento de reunirte con tus primos gallegos, el clan Ferreiro. Ah. Mira. Te voy a decir algo muy personal, yo no era un gran comedor hasta que un día en Galicia volví a casa con el paladar excitado. Ahora lucho por no comer siempre, a todas horas. Gracias, Galicia.
—¿En qué se diferencia el Love of Lesbian que tocaba entonces al que se va a subir al escenario de Castrelos catorce años después?
—Somos una banda que sigue bastante el carácter de una de nuestras canciones llamada Eterna revolución. Me gusta el concepto de ser eternamente cambiantes. Parece contradictorio pero es así. Supongo que a partir de la insatisfacción, de la autocrítica, y también del sentido del humor, miramos hacia adelante con la intención de remover cosas, tanto a nivel interno como externo. Diría que nos mueve siempre una insatisfacción positiva.