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El Zaragoza cierra las puertas de la élite a un Puerto Celeiro impreciso en el remate

I. M. B. VIVEIRO

A MARIÑA

Los mariñanos fueron mejores y dispusieron de más ocasiones de gol, pero decidió la mayor efectividad del rival El Puerto Celeiro FS y su afición vivieron ayer uno de los episodios más tristes que se recuerdan en el deporte comarcal. El equipo viveirense se quedó a medio camino de la División de Honor luego de que el Foticos Zaragoza le ganase ayer en el pabellón de Viveiro por 3-6 y sentenciase la segunda y última eliminatoria del «play-off» de ascenso. No merecieron semejante castigo las huestes de Quico Gómez Otero. La brillante temporada que realizaron bien merecía otro final. Y en el partido de ayer, más de lo mismo. Hicieron méritos y ocasiones para superar al Foticos, pero éste volvió a aprovechar su mayor efectividad arriba.

15 jun 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Puerto Celeiro, 3: Juanito, Víctor Méndez, Julio Delgado, Darío, Serguinho ¿quinteto inicial¿, Javi Alvéndiz, Diego, Juanpe y Juninho. Foticos Zaragoza, 6: Silva, Monjonell, Santi Herrero, José Mari, Prosi ¿quinteto inicial¿, Marcelo Almeida, Kel, Galo, Latorre y Modrego. Árbitros: López Fernández y De Pedro García (Vizcaya). Amonestaron a los jugadores locales Javi Alvéndiz y Julio Delgado. Goles: 1-0, min 3: Julio Delgado. 1-1, min 13: Marcelo Almeida. 1-2, min 14: Marcelo Almeida. 1-3, min 17: José Mari, de doble penalti. 2-3, min 19: Serguinho. 2-4, min 26: Kel. 2-5, min 29: Kel. 2-6, min 38: José Mari. 3-6, min 39: Julio Delgado . Incidencias: Alrededor de 2.000 personas en el pabellón polideportivo de Viveiro. El Foticos estuvo arropado por aproximadamente 50 aficionados. El equipo de casa y su afición pusieron todo de su parte para superar al Foticos Zaragoza, pero se repitió la historia del primer asalto disputado en el pabellón Príncipe Felipe. Los viveirenses no tuvieron precisión a la hora de finalizar sus muchas jugadas de ataque y sí la tuvo el adversario, que saltó al parqué con cierto temor y sobre todo respeto hacia su contricante. Los primeros compases discurrieron por el guión esperado. El Puerto Celeiro situó la línea de presión muy arriba, tuvo el balón y generó mucho peligro sobre el portal que defendió, y con mucho acierto, el meta Silva. El Foticos, por contra, apenas daba sensación de peligro. Sus avisos en el primer acto se resumen con una buena ocasión de José Mari, que tiró fuera, y un doble penalti errado por este mismo jugador en los últimos segundos. Mucho más amplia es la lista de oportunidades de gol fabricadas por el conjunto de casa. Tras el 1-0 pudieron marcar Serguinho, un par de veces, y Víctor Méndez, otras tantas. Ni desde el doble penalti tuvieron puntería los chicos de Quico Gómez Otero. Primero Juninho y luego Víctor Méndez erraron dos lanzamientos de 10 metros cuando la primera mitad tocaba a su fin. El dominio local decreció en la segunda entrega del partido. Aun así, las primeras ocasiones las firmaron Serguinho y Julio Delgado. Y de nuevo Silva estuvo acertadísimo bajo los palos. El Foticos, quizá favorecido por el cansancio acumulado por su rival, ganó en profundidad con el paso de los minutos. Dio más sensación de peligro que en el primer periodo, principalmente en las jugadas de contragolpe. De esta manera llegaron los dos goles que acabaron de minar las esperanzas locales. Kel aprovechó primero un buen servicio de Monjonell y luego, una mala salida del meta Juanito. 2-5, quedaban once minutos y el partido se le ponía muy cuesta arriba al cuadro viveirense. Quico Otero buscó soluciones en el banquillo, con las rotaciones, pero ni así su equipo fue capaz de remontar. El juego era cada vez más espeso y los jugadores comenzaban a actuar con más corazón que cabeza. El Foticos llegó a las cinco falrtas en el minuto 33, cuando el marcador era de 2-5. En ese momento se abrió una vía de esperanza para el Puerto Celeiro, pero de ahí al final el conjunto «maño» supo defenderse sin cometer ninguna otra infracción. Cuando sólo quedaban cuatro minutos para la finalización el míster local recurrió a la solución de emergencia puesta muy de moda esta temporada. Diego Pernas se convirtió en el hombre-boya (portero-jugador) del equipo, pero tampoco le dio resultado. Ayer no era el día de los rematadores locales. La decepción era visible en los rostros de los jugadores al final. El Foticos, la cara opuesta de la moneda.