SUCEDIÓ EN 1979
02 mar 2004 . Actualizado a las 06:00 h.Aunque la UCD no obtuvo en las elecciones generales del primero de marzo la mayoría absoluta, sus 167 diputados le permitían gobernar en solitario, pues la izquierda (121 el PSOE y 23 el PCE) no le podían inquietar, incluso sumando los nacionalistas vascos (7) y catalanes (9). Preocupaban, sin embargo, los tres escaños obtenidos por Herri Batasuna. Los diputados batasunos dijeron que no iban a presentarse en el Parlamento, ni prometer acatamiento a una Constitución que no reconocía la «nación vasca». En el otro extremo ideológico estaba el escaño del notario madrileño Blas Piñar como representante de Unión Nacional. Desde el primer momento, Piñar manifestó que iba a ser «la voz que clama en el desierto», y acusaba al Gobierno de propiciar una Constitución que olvidaba a Dios y la religión católica, aprobando el divorcio, el aborto y, casi peor que lo anterior, los nacionalismos disolventes, «cáncer de la unidad de la patria». Adolfo Suárez iba a recibir, además, el voto favorable en su investidura del Partido Socialista de Andalucía, de Alejandro Rojas Marcos, lo cual enojó a los andaluces del PSOE, que, incluso, consideraron al PSA como un caballo de Troya en las filas de la izquierda. La abstención fue normal, del 33,5%.