Los residuos eléctricos y electrónicos contienen compuestos altamente contaminantes, como los metales pesacos, el PVC, los materiales ingnífugos bromados y los compuestos binéfilos policlorados. En el 70% del valor residual de un ordenador hay plomo (en las soldaduras y los tubos de rayos catódicos), bario, cadmio (baterías), antimonio (en las cápsulas de los chips), berilio (en los aparatos más antiguos), cromo, mercurio, fósforo, arsénico, silicio, acero, aluminio y cobre. La basura informática, que hasta el momento se incorpora casi en su totalidad a los residuos urbanos, constituye la parte más contaminante de éstos. Muchos de los ordenadores que se retiran por obsoletos son perfectamente reutilizables. Alguna firma los entrega a organizaciones sin ánimo de lucro que los aprovechan.