La plantilla de IPV podrá cobrar las nóminas pendientes tras ser aprobado el plan de financiación
A MARIÑA

?a fábrica de carrocetas y vehículos especiales IPV, de A Pontenova, declarada en suspensión de pagos y con sus trabajadores sin cobrar desde agosto, comienza a vislumbrar una salida a la crisis. Los administradores judiciales han aprobado el plan de financiación presentado por los socios de IPV, y los trabajadores podrán cobrar en los próximos días el capital atrasado. Esta noticia fue confirmada ayer por el representante de Comisiones Obreras, Emilio Pantín, quien manifestó: «Yo ya había comentado en más de una ocasión que la superación de la situación de IPV pasaba irremediablemente por una apuesta financiera seria de los socios que hoy componen su accionariado. Esa apuesta se ha producido, y han elaborado un plan de financiación para los primeros cinco o seis meses, que ha sido aprobado por los administradores judiciales. Ahora se está tramitando todo el papeleo que se requiere con los bancos». La firma IPV está asentada en A Pontenova desde el año 1963, y cuenta con unos cuarenta trabajadores en plantilla. Emilio Pantín se mostraba ayer muy optimista respecto al cobro de nóminas pendientes: «Es cuestión de horas que eso se solucione, en cuanto entre el dinero en IPV. Ese dinero, judicialmente y por ley, tiene que ir destinado a pagar las deudas con los trabajadores, con la Seguridad Social y con Hacienda. Y el resto se utilizará para empezar a producir, a primeros del mes que viene». Un aspecto fundamental en la resolución de la crisis es que IPV tiene encargos pendientes para hacer vehículos: «La fábrica tiene que empezar a producir cuanto antes, porque tiene carga de trabajo. Estamos en las mejores condiciones para afirmar que IPV va a seguir adelante, lo que es una noticia muy positiva», manifestó el representante de CC.OO.. Dos unidades al mes Emilio Pantín ignoraba ayer la cuantía del plan de financiación: «No lo sé, pero tampoco tiene que ser muy alta. Debe ser la suficiente para no tener más deudas y adquirir los materiales que nos permitan empezar a producir por lo menos dos o tres unidades al mes. Va a ser un arranque probablemente lento, pero seguro». El procedimiento concursal lo tramitó el Juzgado de lo Mercantil de Lugo y fue precedido de la subasta, por deudas contraídas con la Seguridad Social, de las instalaciones de IPV, una nave industrial de 5.060 metros cuadrados situada sobre una parcela de 11.140, tasadas en 1,072 millones de euros.