Adelante, atrás, uno, dos, tres, giro a la izquierda, giro a la derecha... Si es que el baile tiene algo que engancha. Y ni falta hace que Anne Igartiburu se dé un rodeo por A Mariña para promocionar ¡Mira quien baila!. El ritmo lo llevan muchos mariñanos en el cuerpo, que en los últimos años se apuntan cada vez con más entusiasmo a las clases de baile, a las verbenas de las fiestas de la parroquia y a los guateques de fin de semana que, por cierto, proliferan como las setas en otoño. Si Fred Astaire y Ginger Rogers levantaran la cabeza... «Avalancha» en el curso de Xove. Seguro que hay otro tipo de cursos que no cubren ni el mínimo obligatorio pero cuando se trata de baile la cosa cambia. Véase el caso del de Xove, al que los vecinos han respondido de forma exitosa. El límite de plazas era de 50 pero la concejala Ana Abad que lleva el asunto se vio desbordada de tanto inscrito. Nada más y nada menos que 110 personas, el doble, se apuntaron. Hoy a la xovense María Jesús Abad, de 46 años, le toca clase. Va con su pareja. «Apunteime porque me gustaba, sempre tiven moita ilusión por ir aprender, me levaba a vida...», dice. Y además, mata dos pájaros de un tiro con este curso: «Aparte, tamén fas exercizo». Los xovenses, entusiasmados. Todos o prácticamente todos, me comenta, se conocen en clase. Son vecinos, amigos, familiares y eso anima aún más: «Todo o mundo é coñecido, todos somos do pobo, hai moi bo ambiente, moi bo rollo». María Jesús se va por el estándar a la hora de elegir: el pasodoble es su ritmo preferido. En latino, la rumba y la salsa también le gustan «pero paréceme máis complicado». Lo que me queda más claro que el agua es que el baile no sabe de edades, la cuestión es llevar el ritmo en la sangre: «Hai xente que xa é predisposta para o baile. Se te fixas en ¡Mira quien baila! hai xente maior que baila moi ben e xente nova que sen embargo é coma unha táboa...»
Isabel Hurtado Chávez, ferrolana de nacimiento y afincada en Burela, lleva varios años impartiendo clase. Además de en Xove enseña a bailar a alrededor de treinta parejas en la recién creada Escuela Municipal de Bailes de Salón del Concello de Cervo y a medio centenar en Burela. Le digo que va a ser difícil que sus alumnos queden mal en las verbenas y me contesta: «La idea de los cursos es exactamente eso. No son de competición, sino que precisamente están orientados a no quedar mal en la verbena, coger un poco el ritmo... Al tipo de gente que viene le gusta que sea así. Es una visión distinta. La gente que quiere hacer del baile un deporte se mete a competir pero otra quiere hacer de el un hobby o simplemente ir a las verbenas y dar la talla».
En sus clases se aprenden pasodoble, bolero, chachachá, salsa y merengue «por supuesto» y el vals... ¿El vals? «No creas, porque hay música ranchera que tiene ritmo de vals y que se canta. No se utiliza con la estética, claro, pero el ritmo de base sí es ese baile, el un, dos tres... e incluso hay alguna canción gallega con ritmo de vals». Lo que más le gusta a la profesora es ver que sus alumnos llegan a clase «con muchas ganas». Todos aspirando a John Travolta, le digo en broma. «Tanto como eso no, pero lo intentan». Le pregunto qué tendrá que hoy no llegan varias manos para contar los adeptos: «Es que siempre gustó, porque siempre ha sido característico en las ciudades, de las culturas... pero antes no había oportunidad para ir a aprender. Ahora como hay más oferta la gente se anima».
Mañana, el Casino Club Náutico de Viveiro vuelve a viajar en el tiempo. A los 60, a bailar una vez más el Cuando calienta el sol y temas que sonaron en aquel verano nostálgico de Massiel, Los Bravos, Juan y Júnior o Rocío Dúrcal, entre muchos otros títulos y autores. Como de costumbre, a las 22.00 horas la discoteca retro se pondrá en marcha, con degustación gastronómica a media noche. Seguro que el presidente de la entidad Antonio González Cociña se marca un baile.
La comisión de San Pantaleón convierten la parroquia de Galdo en una pista de baile y la escuela de A Trabe volverá a acoger mañana el ciclo Sábados de baile amenizado por Master, a las 22.00 horas, mientras que en Cangas, a las 22.30 en el Centro Cívico, la sociedad deportiva también invitará, mañana no lo olviden, a bailar hasta que el cuerpo aguante. Y si no bastaba con dos citas, otra más. Pasado mañana, domingo, toca otro de los Guateques Domingueiros del Concello que ameniza Costa Lucense.