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Cuando el coche pasa a ser residuo

I. E.

A MARIÑA

El problema de los vehículos abandonados no es exclusivo de las grandes ciudades; en la comarca, tanto en los cascos urbanos como en el área rural, también proliferan

10 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La ley es muy clara; cuando un vehículo pierde esta condición y pasa a ser un residuo sólido urbano hay que darle el tratamiento que le corresponde y sacarlo de la calle, o del campo, para llevarlo a un centro autorizado de recepción y descontaminación. La medida no se puede ejecutar por las buenas, hay que seguir el procedimiento administrativo que marca la ley.

La competencia de la retirada, en los casos en que el vehículo esté abandonado, corresponde a los ayuntamientos, al igual que su depósito. Y son los propietarios de estos vehículos, si es que son capaces de localizarlos, los que deben retirarlos o bien cargar con los gastos derivados de las operaciones de limpieza de la calle, de la recogida, traslado al depósito municipal y al centro de recepción. Esto, independientemente de las sanciones que le puedan imponer y que varían según las circunstancias; como advertencia, indicar que la multa puede llegar a los tres mil euros.

El proceso tiene su complejidad. Para empezar, no hay un plazo exacto a partir del cual puede considerarse abandonado un vehículo. El estado de deterioro, ausencia de placa de matrícula, cristales rotos o ausencia de ellos, ruedas bajas de presión y desperfectos que impidan se pueda mover por sus medios son algunos de los criterios a tener en cuenta para determinar esa circunstancia de abandono. Una vez se resuelve, el Ayuntamiento debe notificarlo al propietario para que lo saque y, si no lo hace en el plazo establecido, es cuando ya puede llevárselo el Concello. La tramitación puede llevar meses puesto que hay que respetar todos los pasos que marca la ley.

En la comarca, cada Concello aborda el problema según puede o quiere, dependiendo de que tengan depósito para guardar los vehículos o simplemente de la voluntad y medios disponibles. Lo normal es que en los cascos urbanos sea la Policía Local o la Guardia Civil quien presente la denuncia ante el Concello y en la zona rural el Seprona, aunque al final quien tramita la denuncia es el propio Concello.

En Foz, por ejemplo, retiraron el último que había en la vía pública esta misma semana. Era un Volkswagen Polo que llevaba unos cinco meses en Vilaronte; ahora está en los garajes de la Policía Local. Según nos informaron, en las calles no quedaban más, aunque sí hay varios en fincas privadas, donde se relaja más la presión.