La conjunción de una borrasca, con un fuerte mar de fondo y mareas grandes, de unos cien pies, fue nefasta para algunas zonas del litoral mariñano, que desde el domingo por la noche, sufrió los efectos de un fuerte temporal.
En San Cibrao, en la tarde-noche del lunes, el mar cruzaba el istmo de un lado a otro y el espigón de Anxuela, que da abrigo a la dársela se desmoronaba en un tramo de unos 25 ó 30 metros. El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores, Vicente Vázquez, apuntaba ayer hacia Portos de Galicia y en particular a uno de sus responsables, Jacinto Parga; según explicó, ya les habían advertido de que el espigón, construido hace décadas (cuando Fraga era ministro de Franco) presentaba deficiencias y precisaba un mantenimiento, pero no hicieron nada y ocurrió esto: «Téñennos totalmente abandonados, todo vai para os portos grandes, e ós pequenos téñenos abandonados, pasou durante os 18 anos do PP e agora, nestes tres, ainda vamos a peor», afirmó Vázquez, añadiendo que el pueblo de San Cibrao «está moi doido porque nos teñen abandonados». Los desperfectos en la cetárea, los destrozos en la rampa de acceso al Pericón, inundaciones de casas, fueron otros episodios vividos en la localidad.
En Barreiros, las olas llegaban hasta la carretera que bordea la costa, destrozando a su paso todos los accesos a las playas del municipio; el alcalde logró ayer el compromiso de Costas de reparar los desperfectos, pero para Semana Santa será imposible tener a punto las playas, gran parte de las cuales se quedaron sin parte o sin toda la arena; también rompió un trozo de paseo entre Fontela y Valea. En Rinlo, destrozaba también un tramo de muro del paseo marítimo; en Viveiro, movió las duchas de Area.