Un trocito de Cabo Verde siempre está presente en A Mariña. Es la comunidad inmigrante que desde hace ya varias décadas forma parte de la población comarcal, que durante años ha convivido en todos los ámbitos (laboral, educativo, social, cultural...), ha escrito su propia historia personal, familiar y colectiva con la dificultad añadida de hacerlo lejos de su tierra. Allá también se ha encarado el presente y mirado al futuro, como aquí, y así lo descubrieron ayer en Burela de la mano de las mujeres, cuya lucha por la igualdad ha sido muy valiosa y ha dado sus frutos.
Las mujeres han sido todo un referente en ese sentido, especialmente desde la creación un 27 de marzo, de 1981, de la Organizaçao das Mulheres de Cabo Verde, la primera femenina del país. Por ello ayer la Asociación para a Cooperación con Cabo Verde, junto con la Asociación Batuko Tabanka y Concello de Burela, quiso hacer un homenaje en femenino celebrando el Día da Muller Caboverdiana.
La Casa da Cultura se quedó «pequena», explicaba la edila Neves Cando, ante el numeroso público que se acercó. Estaban, además de Luzía Oca, representante gallega de ACCVE, tres invitadas especiales llegadas de Cabo Verde (mejor dicho de Ponferrada, donde días atrás hubo un acto similar). Una, la diputada Joanilde Alves, que repasó la situación de la mujer desde la independencia del país, subrayando la notable presencia femenina en el gobierno caboverdiano (con mujeres llevando 8 de los 15 ministerios), el avance en la alfabetización de la población (bajó del 75 por ciento de población que no sabía ni leer ni escribir en la época colonial al actual 20% y que corresponde más a mayores de 40 años) o el clave papel de la mujer en la toma de decisiones. También intervinieron la antropóloga Vanilde Furtado, que habló de los proyectos de ACCVE y del Gabinete de Orientación e Inserción Profesional de Praia que coordina y de la importancia de trabajar con las mujeres el ámbito laboral, y la autora de un libro de gastronomía caboverdiana, Cesaltina Benchimol. La cocina de Cabo Verde no faltó, como la artesanía o la buena música que sabe hacer grupo Batuko Tabanka, aunque esta vez animó la fiesta con ritmos exóticos mezclándose entre el público.