«La embarcación Sombriza se hundió como consecuencia de la pérdida de flotabilidad ocasionada por una vía de agua en la parte de popa del costado de babor, sin haberse podido establecer qué ocasionó el impacto que perforó el forro». Esa fue la causa del naufragio ocurrido el 7 de enero del año pasado, de acuerdo con las conclusiones de la Comisión Permanente de Investigación de Siniestros Marítimos, que descarta que esa lancha, con base en O Vicedo, se fuese a pique «por falta de estabilidad». Sus dos tripulantes, ambos vicedenses, «fallecieron ahogados».
Con una eslora de 6,5 metros, 35 años de antigüedad y casco de madera, el día de la tragedia la Sombriza salió del puerto de O Vicedo alrededor de las 11.25 horas, para largar las nasas de pulpo en la zona donde solía faenar, As Laxas situada entre Punta Chirlateira y Punta Camero. Cuando faltaban diez minutos para el mediodía, un pescador de caña alertó a Emergencias de que había oído voces pidiendo auxilio que parecían proceder del entorno de la isla Coelleira. El Centro de Salvamento Fisterra movilizó a la Salvamar Shaula , con base en Burela, al helicóptero Pesca 2 , a Protección Civil de Viveiro y a barcos que se encontrasen por la zona.
Flotando boca abajo
Eran las doce del mediodía cuando el patrón y armador del pesquero Lauriña tres , miembro de Protección Civil de O Vicedo, fue avisado. Zarpó del muelle vicedense y se dirigió a As Laxas, donde a las 12.15 horas encontró flotando boca arriba el cuerpo del armador y patrón de la Sombriza, Aquilino Calvo Villasuso, de 57 años y conocido por Lino. Cerca de la isla Coelleira faenaba otra lancha, la María San José , que tras oír por radio la alerta de Salvamento Marítimo, acudió al lugar, donde halló, también flotando boca abajo, el cuerpo del segundo tripulante, José Yáñez Rodríguez, de 41 años de edad y conocido como Perico.
Dos días después, el 9 de enero, fue localizada la lancha, a 22 metros de profundidad y a unos 200 metros de distancia de la costa. Al día siguiente se hizo un estudio submarino de la Sombriza , optando por reflotarla. El 20 de enero, cinco buzos de Salvamento Marítimo, a bordo del buque de inspección pesquera Irmáns García Nodal y apoyados por la Salvamar Shaula , retiraron las nasas, colocaron flotadores en la lancha y, a las 15.45 horas fue recuperada. Tras retirar las nasas que quedaban, el García Nodal llevó la Sombriza a Celeiro, donde fue descargada y trasladada en camión a un hangar de ese puerto.
Mil kilos de carga
La Comisión de Investigación de Siniestros Marítimos constató que la Sombriza tenía «dos amplios boquetes en el costado de babor, uno en la mitad del popel y el otro a proa del centro». De ambos, «al menos uno, posiblemente el de popa», fue el que recibió el impacto exterior. Ambos «fueron agrandados por efecto de impactos y del arrastre sobre el fondo marino», rocoso y cercano a uno arenoso.
Las fotografías de la lancha en el fondo «inducen a pensar que no se hundió por falta de estabilidad, dado que si hubiese existido el vuelco seco y rápido que acompaña a la falta de estabilidad, muchas de las nasas se hubiesen zafado de la embarcación y se habrían encontrado diseminadas por el fondo y la superficie». Como eso no ocurrió, se «descarta la pérdida de estabilidad por entrada de agua por la borda». Cuando se fue a pique, cargaba alrededor de 1.000 kilos; entre ellos, a popa 350 de 70 nasas y 75 kilos del marinero; y, a proa, 175 de 35 nasas más unos 100 kilos del patrón.