El libro digital no se venderá aún en las librerías de la capital, según profesionales del sector

Gadea G.Ubierna

A MARIÑA

11 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Seguro que muchos lucenses correrían a la librería para comprar cuanto antes la cuarta parte de la saga Millennium. Y quizá les llamara aún más la atención si lo pudieran adquirir en versión digital, porque se podría llevar a todas partes con mucha más facilidad que los tres volúmenes editados en papel. Pero ninguna de las dos cosas será posible en un futuro inmediato, ya que ni está claro que vaya a haber una cuarta parte de la saga de Stieg Larsson, ni tampoco que se vayan a vender libros electrónicos en la capital en los próximos meses.

Los responsables de las principales librerías de la capital ya se han interesado por la venta de estos artículos, pero por el momento han desechado la idea porque, coincidieron, «todavía está un poco verde». La responsable de Souto, Olga Legido, afirmó que «estamos mirando cómo hacerlo, pero de momento, lo que ofrecen las editoriales no nos interesa mucho porque son todo títulos muy clásicos». Legido explicó que a ellos les interesaría más vender éxitos actuales en formato digital porque son más atractivos para el lector. «En el momento en el que haya best sellers, tendremos libro electrónico», concluyó.

Más o menos de la misma opinión son los responsables de Balmes y La Voz de la Verdad, donde comentaron que ni hay muchas editoriales que trabajen con material digital ni tampoco tienen muy claro como hacerlo. «Hay que esperar», sentenciaron en ambos sitios.

Poca demanda

Aparte de que en el mercado editorial aún no haya mucho donde escoger, a los responsables de las librerías pequeñas les echa para atrás que, frente a lo que ocurre en grandes superficies, tampoco tienen mucha demanda.

En algunos sitios, como en La Voz de la Verdad, explicaron que todavía no ha preguntado nadie y en otros, como Souto, explicaron que se han interesado por el llamado e-book menos de cinco personas. «Está muy en precario todo», apuntaron en la tienda de la Praza Maior.

Las grandes superficies llevan meses promocionando el libro electrónico y, de hecho, lo presentaron como uno de los regalos estrella de la pasada Navidad. Las ventajas, tener las dimensiones de un libro de lectura tradicional, pesar poco y permitir almacenar muchos títulos en un mismo soporte, como en los aparatos de música MP3. Los inconvenientes, la reducida oferta en castellano y el recelo del lector tradicional al cambio.

La implantación del libro electrónico en el sector está siendo muy lenta. De hecho, un estudio de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (Cegal) apunta que solo el 5,1 de los establecimientos de tamaño entre medio y pequeño comercializa los llamados e-readers [los soportes de lectura] y, en el caso de las tiendas muy grandes, el 35%.